Ayer, el colega Luis Oscar Pittí me hizo reflexionar sobre los momentos por los que atraviesa la Patria. En un artículo anterior hice remembranzas de aquellos tiempos donde un puñado de seres humanos buscaba la separación de Colombia. También me referí a la gesta gloriosa del 9 de Enero y las luchas por recuperar el Canal de Panamá.
Pittí recordó que parte de lo que ocurre con Trump se lo debemos a los tratados Torrijos Carter. Sin ánimo de desacreditar lo que hizo Omar Torrijos, no se logró todo lo deseado, pero fue colosal, extraordinario.
El mismo general lo dijo, acompañado de gestos no verbales de desaprobación... “¡Seguimos bajo el paraguas del pentágono!” Y esto se evidenció cuando, de forma unilateral, el gobierno de Estados Unidos decidió invadir a Panamá por aquello de la seguridad del Canal de Panamá.
Hoy, nos preocupa la posición del presidente Mulino, pero ¿qué es lo más aconsejable en estos momentos? Salir con poses como la de Gustavo Petro, presidente de Colombia o la de Volodimir Zelenski de Ucrania. Todos sabemos de los resultados y como tuvieron que recular. En el caso de Panamá para nadie es un secreto que nuestras luchas separatistas tuvieron como epicentro el interés de Estados Unidos por construir una vía interoceánica y el poco tiempo que tenía ese gobierno a inicios del siglo pasado.
Escucho voces por todos los rincones de la nación con palabras de vendepatrias, arrastrados, etc. Y todo por negociar una presencia mayor de fuerzas militares en puntos estratégicos de la nación. ¿Qué pasaría si se desata una guerra contra China u otra nación poderosa? ¿A quién apoyaría Panamá? Por lógica e historia, creo que le seguiríamos los pasos a los gringos.
Hubo un presidente que no hizo eso durante la segunda guerra mundial y el resultado fue su derrocamiento. Me refiero a Arnulfo Arias Madrid en su primer mandato de tres. ¿Sabían ustedes que países más nacionalistas como el nuestro tienen bases militares de Estados Unidos? En el mundo hay un aproximado de 800 bases.
Japón, Alemania, Corea del Sur, Italia, Reino Unido, Catar y otras naciones dieron el consentimiento para esa presencia y eso que no cuentan con un bien tan preciado como el Canal de Panamá. Y hasta en Cuba existe una, llamada la base de Guantánamo. Reitero, los momentos actuales exigen prudencia y cabeza fría sobre lo que se negocia o se dice en público. Abrazos y que Dios nos bendiga.