• sábado 08 de mayo de 2021 - 8:09 AM

Se busca al Cuarto Poder

Es imprescindible tener claro que las libertades de expresión y de prensa y el acceso a la información, son temas diferentes, sin embargo, guardan una estrecha relación

Según Reporteros sin Fronteras Panamá, ocupa la posición 77 de 180 en el listado mundial sobre libertad de prensa. Al recordar el 3 de mayo como el Día Mundial de la Libertad de Prensa, comparto estas líneas para destacar la importancia de este derecho humano. En primer lugar, es imprescindible tener claro que las libertades de expresión y de prensa y el acceso a la información, son temas diferentes, sin embargo, guardan una estrecha relación. Esas garantías atribuidas a hombres y mujeres descansan en el artículo 19 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos de las Naciones Unidas de 1948 que establece:

“Todo individuo tiene derecho a la libertad de opinión y expresión, este derecho incluye el no ser molestado a causa de sus opiniones, el de investigar y recibir informaciones y opiniones, y el de difundirlas, sin delimitación de fronteras, por cualquier medio de expresión.”

Mientras que la libertad de expresión y el acceso a la información son derechos individuales y de la ciudadanía, la libertad de prensa es una garantía constitucional de los medios de comunicación. Es propia de las sociedades democráticas. A través de ella se promueven las libertades plenas. También permite al ser humano ejercer su labor de investigar e informar sin control, ni censura previa del Estado, del sector empresarial o de organismos o grupos sociales. La libertad de prensa es fundamental. Ella permite el equilibrio entre gobernantes y gobernados. Les posibilita a los seres humanos formarse sus propias opiniones y criterios según la realidad en que viven.

Es conocida para muchos la afirmación que los medios de comunicación constituyen el Cuarto Poder. Su origen, aun debatido por los expertos, se puede remontar a 1787 con Edmund Burke, en la Cámara de los Comunes del Reino Unido o con posterioridad en el siglo XIX con Thomas Banington Macaulay y con Honorato Balzac.  Ellos coinciden en la separación de los poderes dominantes de la sociedad: el poder religioso, económico y político en contraste con el resto de los ciudadanos.

Los medios de comunicación influyen sobre todos ellos al extremo que se les considera el Cuarto Poder. En estos tiempos sería bueno replantear sobre ¿qué prevalece en el Cuarto Poder, la información o la desinformación? Lo expreso al observar la cantidad de intereses mezquinos y de desviaciones que se ven a diario en medios serios, tanto nacionales como internacionales.

La libertad de prensa agoniza de diferentes formas. Desde campañas de calumnias, intimidaciones, amenazas públicas o privadas. Son formas de quebrarle el brazo a los periodistas. Lo hacen para que ellos no revelen informaciones que pongan al descubierto situaciones no convenientes de los sectores poderosos. Esas presiones van desde las demandas por difamación, el control editorial, ciberacoso, las condiciones laborales, los arrestos, el cierre de medios o los asesinatos de los periodistas.

Conviene examinar con más detalles el estado actual del origen más profundo de las amenazas que enfrenta la libertad de prensa. Este fenómeno afecta dos dones muy preciados de la comunicación, la credibilidad y la ética periodística.

La profesión pende de un hilo entre las relaciones públicas o bien llamadas relaciones de lobby y el servilismo y conflicto de intereses. Es difícil, pero, en la actualidad los periodistas y los medios de comunicación atraviesan por momentos críticos. ¡O se mantienen bajo la ética de no alienarse a los intereses de los otros poderes, ser objetivos, balanceados e imparciales o recibir favores a cambio! Hablamos de pautas publicitarias; puestos en el gobierno o la protección y tranquilidad de no preocuparse de demandas, ni acciones en contra.

Según el listado de libertad de prensa mundial ocupamos esta posición, no por los asesinatos o acciones violentas contra periodistas, sino por la corrupción. A no dudarlo, esto es triste y vergonzoso.

La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, UNESCO, considera que el desarrollo de los medios de comunicación favorece la libertad de expresión y contribuye al fortalecimiento de la paz y la democracia. Al dejar a un lado la autorregulación, la independencia y la práctica de la ética, el Cuarto Poder se presta para la desinformación. No olvidemos que las libertades mencionadas al inicio de este artículo no son licencias para la irresponsabilidad o la venta de los ideales o pensamientos como si se tratara de una mercancía barata.

¡Por fortuna todavía existen los periodistas y medios de comunicación comprometidos con la ciudadanía! Que hoy sea un recordatorio sobre la importancia que tiene la libertad de prensa.

Por Katherine Collins

(La autora es estudiante de primer año de Periodismo en la Universidad de Panamá).