En brazos de Morfeo

Dormir es una necesidad básica, ya que nuestro cuerpo necesita regenerarse para poder cumplir sus funciones en óptimas condiciones.

La falta de sueño afecta nuestra concentración, nuestra memoria y perjudica el rendimiento académico y laboral; también produce efectos negativos en la salud física. Genera, a largo plazo, un adelgazamiento del cerebro. En personas mayores de 60 años, estamos viviendo una epidemia de insomnio, según afirman los científicos: el incremento de los casos reportados es una de las consecuencias que nos ha dejado la pandemia.

El libro Cómo hacer que pasen cosas buenas, de la doctora María Rojas Espavé, contiene una sección que nos habla de la falta de sueño y sus efectos en nuestro cuerpo. Nos dice que, aparte del deterioro cognitivo, según acabamos de ver, igualmente causa un fuerte deterioro en la forma de procesar las emociones.

«Mediante el sueño también se reparan las emociones, ya sean de agradecimiento o de resentimiento y rabia».

Seguro que hemos experimentado en alguna ocasión que tenemos un problema muy grande, nos acostamos a dormir y en la mañana, al despertarnos, esa situación se ve con otra perspectiva, ¿cierto? Hasta podemos encontrarnos con la solución. De ahí viene la expresión «consultar con la almohada».

En su libro, la doctora Rojas Espavé nos recomienda que cultivemos una rutina de sueño, que nos alejemos de los dispositivos electrónicos antes de dormir; que apaguemos las luces, dejando atrás las emociones fuertes y las conversaciones inquietantes y estimulantes; que cuidemos la calidad de nuestros pensamientos en los momentos previos al sueño. Tratemos de no anticipar lo negativo y concentrémonos en pensamientos relajantes.

Dormir bien tiene una importancia vital para nuestra salud.

Abogada, mediadora, coach