- miércoles 22 de mayo de 2024 - 12:00 AM
Barbarie o costumbre
Una noticia me dejó inquieta desde la vi en la televisión, y no por morbosidad, sino por repulsión y dolor. Vi ante las cámaras y fotografiada a una jovencita con las manos atadas a un palo con dos huecos, inmovilizada con su sufrimiento.
Atar a una persona a un palo con fines de castigo es una costumbre adoptada a pueblos indígenas y en nuestro país se practica por el pueblo ngäbe-buglé .El cepo como método de castigo tiene sus orígenes en la Santa Inquisición.
Me llamó poderosamente la atención ver cómo las personas replicamos los métodos de tortura. Una niña abusada tiene muchas posibilidades de replicar el castigo. Hay una parte de nuestra memoria cultural que guarda información, y muchas veces no de la mejor manera.Las costumbres y las tradiciones son dos aspectos importantes que les dan particularidad a los pueblos y forman su identidad cultural.
Los métodos disciplinarios como estos se justifican mediante el argumento de proteger la identidad cultural. Es justificable que un político corrupto sea castigado de esta forma. Pero este método será replicable también de manera anónima en muchos niños, que estarán finalmente silenciados en las cifras ocultas de las estadísticas.
El Defensor del Pueblo está abogando para que esta forma de castigo, de tortura, se regule.
Porque la tortura debe ser regulada.Esta reflexión me ha llevado tiempo porque lo que menos quiero es irrespetar la tradición cultural de ningún pueblo, sin embargo, el cepo, la mutilación genital en muchos grupos, la denigración de las personas y los matrimonios con cónyuges aún niños jamás serán aceptables para mí, porque escondido en el velo de la tradición hay mucho dolor oculto.