• sábado 04 de junio de 2011 - 12:00 AM

Ayer y hoy

LOS ARNULFISTAS Y LA SEGUNDA VUELTA. Escribo este artículo el 1 de junio. En esta fecha, todavía no se define cuál es la posición del ...

LOS ARNULFISTAS Y LA SEGUNDA VUELTA

Escribo este artículo el 1 de junio. En esta fecha, todavía no se define cuál es la posición del Partido Panameñista en relación con el proyecto de la segunda vuelta. Se sabe que Cambio Democrático está utilizando toda clase de presiones para doblegar a los panameñistas: los amenazan con no concederle la Presidencia de la Asamblea Nacional, dicen abiertamente que si los arnulfistas no les tienen confianza, mejor es que se vayan. Es un secreto a voces que el único propósito de la segunda vuelta es sacarle la tabla a Juan Carlos Varela y descalificarlo como candidato presidencial. Y esto no lo disimulan, de ahí la frase de Martinelli: La Presidencia no se hereda, en clara alusión a Varela. Las ambiciones de estos hombres son tan desmedidas que no han llegado ni a la mitad de su mandato y ya están pensando cómo retienen el poder en el 2014. Esto se debe a que llegan a las posiciones del gobierno, no a servir, sino a servirse. Se sabe que el candidato de Cambio Democrático es el Sr. Ferrufino, quien se ha ganado la gloria inmerecida del programa 100 a los 70, cuando el padre de esta iniciativa es Juan Carlos Varela.

No comprendo cuáles son las pretensiones de Ricardo Martinelli de retrotraer el proyecto de la segunda vuelta (en 1945 fue rechazado en una asamblea constituyente), cuando él y sus asesores saben que según el artículo 172 de la Constitución, ‘el Presidente de la República será elegido por sufragio popular directo y por mayoría de votos’. De lo que se desprende que para que esta reforma electoral tenga sustento legal tendría que ser a través de un cambio constitucional.

Por lo demás, si en la Asamblea se llegara a un consenso y se aprobara esta reforma, lo más seguro es que será demandada ante la Corte Suprema de Justicia por inconstitucional. Pero como sabemos que es una corte altamente politizada, cualquier cosa puede suceder. En el evento de que el Partido Panameñista mantenga su posición de que la reforma no es viable porque es inconstitucional, lo más seguro es que la alianza se rompa, sacarían a los panameñistas del Gobierno y el partido pasaría a la oposición.

EL AUTOR ES ANALISTA POLÍTICO

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