Tenemos que concebir el hecho que una persona que delinque tiene intrínsecamente y a su alrededor, factores que influyen e incitan al mismo a cometer delitos, muchas veces elementos como el ambiente social en que viven, su ámbito familiar e imagen de sus padres y amigos, nivel cultural, condición laboral, factores socioeconómicos, y otros.
Esto nos lleva a pensar que tan cierto es, “a más años de cárcel, menos delincuentes habrá”, concepto el cual se mantiene en la conciencia de los ciudadanos en Panamá, posiblemente por la percepción de impunidad ante la comisión de delitos y la falta de comprensión del Sistema Penal Acusatorio.
Por esta razón concibo que el endurecimiento de las penas es una acción populista, pues es realizada sin el conocimiento de los efectos generados, ya que estos no son disuasivos y especialmente no tienen una función preventiva por las carencias de políticas en el Sistema Penitenciario del país, aunado a la falta de proyectos de resocialización de quienes cometen delitos.
Concluimos entonces que, endurecer las penas no soluciona el problema del aumento de los actos delictivos, por lo cual, apoyamos la teoría de que se deben priorizar las acciones de políticas educativas y reinserción a largo plazo para que de esta manera se incorpore en la mentalidad de la sociedad.