- jueves 19 de junio de 2025 - 9:15 AM
Auditoría de imagen y comunicación
Cada día escuchamos o leemos terminologías distintas que nos ayudan a crecer profesionalmente, y esta no es la excepción. A menudo, el término auditoría, lo asociamos con aspectos contables o financieros, lo que puede generar temor o inquietud dentro de las organizaciones. Sin embargo, me refiero a otro tipo de auditoría: la auditoría de imagen institucional o corporativa. Esta es una estrategia clave en las relaciones públicas, basada en el análisis del comportamiento organizacional y en cómo este se proyecta hacia el exterior.
De acuerdo con John Marton: “Primero hay que limpiar la casa por dentro para poder proyectarnos hacia afuera”. Bajo esta premisa, es fundamental revisar y evaluar las estrategias de comunicación que utiliza el profesional de relaciones públicas que administra las políticas de comunicación de una institución o empresa, para conocer su situación actual y la percepción que genera en sus públicos.
Es importante mencionar que lo primero es analizar las plataformas digitales con las que se comunica la organización. Es decir, los canales de comunicación que se utilizan para informar a los diferentes públicos (internos y externos) sobre las actividades institucionales: redes sociales como Instagram, Facebook, X , y plataformas de contenido audiovisual como YouTube, permitiendo visibilizar el trabajo que se realiza y de esta manera se fortalece la imagen institucional de forma accesible y directa, lo que hemos observado especialmente desde la pandemia, que tomó más fuerza.
Otro punto importante es el sitio web corporativo o institucional, el cual debe estar alineado con la identidad visual de la organización. Los colores, tipografías y el contenido deben transmitir mensajes coherentes, confianza y profesionalismo. La información que allí se comparte debe ser revisada continuamente para asegurarse de que el mensaje enviado al público sea claro, positivo y fiel a la filosofía institucional.
He llegado hasta aquí para compartir algunas experiencias pasadas en auditorías de imagen y comunicación, he detectado diversas debilidades que, al ser señaladas y corregidas, han permitido a las instituciones mejorar su proyección y comunicación. En ese sentido, en este proceso de revisión constante se debe contar en el equipo con un profesional dedicado al funcionamiento de la empresa u organización en materia de comunicación, ya que es importante para entender su comportamiento.
Es oportuno decir que la auditoría también debe considerar la implementación de proyectos de responsabilidad social empresarial (RSE), lo que hemos considerado una nueva forma de comunicar, los cuales deben estar alineados con los principios de transparencia y sostenibilidad.
De hecho, actividades como el reciclaje, campañas comunitarias o acciones ambientales no solo benefician a la sociedad, sino también fortalecen la percepción de la institución como un ente comprometido y ético y lo más importante que compromete a sus públicos internos, incluyendo a sus familiares en algunos casos.
En ese mismo orden de ideas, la comunicación con los públicos internos es un pilar fundamental. De hecho, cuando existe una buena comunicación dentro de la organización, los colaboradores se sienten parte de ella, se colocan “la camiseta” y están listos para actuar en momentos de crisis, convirtiéndose así en los primeros defensores y promotores de la reputación corporativa.
En este proceso, se incluye otras estrategias como la vocería institucional, preparando a los portavoces con entrenamientos para medios, ya que la correcta gestión de voceros permite mantener un discurso unificado y, además, fortalece la relación con los medios de comunicación y otros públicos externos, dependiendo del tipo de campaña o situación que se requiera implementar.
He citado en este articulo al autor Antonio Di Génova en su obra, Manual de Relaciones Públicas E institucionales, Estrategias y tácticas relacionales y de comunicación, ya que está relacionado a la Auditoria de imagen de la empresa, que “la identidad de la empresa tiene tres dimensiones conceptuales y operativas, relacionadas a la secuencia, que tienen que ver con lo que la empresa es, lo que ella dice de sí misma que es, y lo que los públicos que se relacionan con ella creen que es”, por tal motivo debemos cuidar la imagen” .
En conclusión, realizar una auditoría de imagen y comunicación no es solo un ejercicio de revisión; más bien, es una estrategia de transformación que permite alinear los valores internos con la percepción externa, construyendo así una marca institucional sólida, coherente y con propósito.
Profesora