Un día como hoy, pero en 1971, se conoce como la fecha de la detención, tortura y muerte del padre Héctor Gallego. Desde hace tiempo continúo hurgando sobre este suceso. Lo preliminar de la información que tengo es que miembros del desaparecido G-2 actuaron siguiendo órdenes de quien dirigía esa sección represora de la Guardia Nacional. Para detener a Gallego se utilizaron los mismos métodos recomendados por el tirano alemán, Adolfo Hitler, quien sugería que los actos contra los opositores se hicieran en la oscuridad y sin dar información inmediata de lo ocurrido.
La idea de Hitler en la Alemania nazi era dejar en ascuas a la población; lograr que la información corriera a la velocidad de la luz, para provocar miedo, incertidumbre. Otra de las tácticas hitlerianas era desaparecer los cadáveres; no enterrarlos en sitios conocidos, para evitar que los opositores realizaran actividades de protesta alrededor de las tumbas de los muertos. De esa manera se obtenía una acción menos agresiva de la población. Parece que el libreto lo utilizaron los militares golpistas panameños al pie de la letra.
Tres años después de la invasión se condenaron a tres exmilitares sobre el asesinado del cura colombiano Héctor Gallego. Durante el juicio se dijo que la intención del “gobierno revolucionario” era sacar al padre de la población rural de Veraguas para luego extraditarlo a su país. En el proceso de detención, Héctor Gallego, mostró resistencia y allí, “a sus captores se les fue la mano en pollo”. Quiera Dios que con la detención de uno de los implicados se aclare mejor la situación.
Esa acción extrema también se puso en ejecución contra otros opositores, siendo, tal vez, el caso más emblemático el de, Hugo Spadafora Franco. Dentro de la investigación concluyo que, Omar Torrrijos Herrera, cargará, adonde se encuentre, con la culpa de haber guardado silencio y con la falta de acción, para entregar y hacer pagar a los culpables de este crimen. También son tan culpables quienes formaban parte de los tribunales de justicia de aquella época. El proceso revolucionario no solo miró para otro lado, en este y muchos otros crímenes de lesa humanidad, también mantuvo en sus trabajos y gozando de plena libertad a quienes se les fue la mano en pollo.
Nace la Cruzada Civilista
Solo pasaron tres días de las declaraciones del coronel, Roberto Díaz Herrera para que surgiera la Cruzada Civilista Nacional. Fue un 9 de junio de 1987. El impacto de lo que dijo el militar retirado provocó el alzamiento de un pueblo cansado y hastiado de lo que pasaba en Panamá. De eso escribió su primer presidente, Aurelio Barría quien sostiene que, a pesar de los defectos de la democracia, valió la pena las luchas y manifestaciones en las calles. Y expresa el dirigente civilista:
“Hoy 9 de junio 2025 han transcurrido 38 años desde que se organizó el movimiento civilista por la Justicia, la Libertad y la Democracia; honramos la memoria de quienes están ausentes, héroes anónimos que lucharon por rescatar estos ideales y seguimos luchando por mantener la institucionalidad y el orden constitucional por el gobierno democráticamente electo que hoy encabeza un civilista, José Raúl Mulino y seguiremos contribuyendo a encontrar soluciones a la crisis actual frente a quienes pretenden acabar con nuestra débil democracia, como bien lo anota, Calicho Abadía, en su artículo publicado en el diario de hoy en La Prensa. Un abrazo fraterno a todos los que fuimos parte de la Cruzada Civilista, que luchamos por un mejor futuro para nuestro querido Panamá.”