• martes 31 de agosto de 2021 - 12:00 AM

¿Asamblea de qué?

Donde debiera imperar el verbo fino, decente y respetuoso, brota de repente, como agua sucia, la mediocridad y los insultos

Cualquier asamblea, foro público, estrado, curul u otro espacio público que ofrezca a una persona la oportunidad de expresarse ante una multitud constituye el sitio donde se puede derrochar gallardía, docencia, manejo de sabiduría, conocimientos y buenas costumbres. Con esas virtudes el orador se crece y aumenta su popularidad.

Aunque no sean todos, la Asamblea de Diputados se viene convirtiendo en un punto de trifulcas y encontrones que darían envidia a cualquier fanático del patio limoso.

Donde debiera imperar el verbo fino, decente y respetuoso, brota de repente, como agua sucia, la mediocridad y los insultos, característicos del resentimiento y la vulgaridad. ¿Qué imagen y qué educación les están heredando estos malhablados modernos a las generaciones actuales que serán mañana las encargadas de conducir el país?

A medida que se acercan las elecciones comienzan a asomarse algunas manzanas podridas llegadas al parlamento mediante el uso de la práctica de hacer favores a una población que también participa del relajo sin saber qué clase de gente está enviando a representarle al momento de emitir el voto.

Como si todos los ciudadanos de este país, fuésemos ignorantes, una vez pasada la tormenta de la algarabía, se aparecen con el sobado cuento de las reformas al reglamento interno de la Asamblea. Como decían los campesinos de antaño, puerca golosa, ni aunque le quemen el hocico.

ESCRITOR

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