• miércoles 06 de agosto de 2025 - 12:00 AM

Aquella Cárcel Modelo que conocí

Entrar a esa cárcel fue una impresión horrible.

Una sola vez entré a la Cárcel Modelo. Y fue al día siguiente que Ana Belfon -Her Belfon, la bautizaría Tristán Solarte - lo envió a la cárcel, ya que “MAN” quería saber quién era el que le daba la información del crimen de Hugo Spadafora. La palabra “corozo” puso en alerta a las Fuerzas de Defensa.

Esa mañana Rodrigo Sánchez (Yoyi) y yo, acompañamos a Guillermo Sánchez a rendir declaración por un exhorto que el fiscal de Chiriquí había enviado, ya que en la columna En pocas palabras, en una columna mencionó tres veces la palabra corozo, en un artículo que no guardaba relación esa palabra con el artículo.

Yoyi se retiraría a la oficina que quedaba cerca, y me quedaría a esperar que terminara la declaración. Cada vez que Guillermo daba una respuesta, Her Belfon salía del despacho. Iba a otra oficina a ver si Guillermo decía quién le daba la información. Ya al mediodía, me le acerco y le digo:

— Licenciada, soy sobrino del señor Sánchez, y quisiera saber si me permite hablar con él para ver si le traigo un emparedado para que pueda comer.

— Sí, cómo no, me diría.

— Fui muy amigo de Marisol e hicimos los cuatro años juntos en la Universidad, le diría antes de entrar. (Ella se dirigió a los G2 que llegaron de repente).

— Tío, ¿quiere que le traiga un emparedado?, le digo.

— No es necesario, ya solo basta terminar de leer, firmar y nos vamos. Espérame afuera.

Salgo y no termino de sentarme cuando Her Belfon se asoma a la puerta y hace una señal. Una voz del G2: -el mismo que le salvaría el pellejo durante los primeros días de la Invasioón- “comienza la operación” y me levanto y me dirijo a Her Belfon:

— ¿Qué es lo que está pasando?, le pregunto.

— He ordenado su arresto, me respondería.

Doy inmediatamente la vuelta y salgo corriendo hacia la oficina y al comunicárselo a Yoyi. Me dice: “Llama a La Prensa”. Hablé con Fabian Echevers, y lo puse al tanto.

Esa misma tarde saldría. Muchos recordarán el incidente en la celda con el supuesto “Barrabás” y la salvación de Guillermo para que nadie lo tocara.

Al día siguiente iría a retirar sus pertenencias.

Aquella Cárcel Modelo que conocí

Entrar a esa cárcel fue una impresión horrible, que al volver a ver esta foto recuerdo claramente esa mañana.

— Diga, me habló el carcelero.

— Vengo a retirar las pertenencias de Guillermo Sánchez Borbón, le conteste.

— ¿Usted qué es de él?, me preguntó.

— Soy sobrino, le contesté en seco.

— Mi mayor, ¡este es sobrino de Sánchez Borbón!, gritó a su mayor.

— Pase allá, dijo.

Camino al lugar , salen unos detenidos que caminaban con las manos en la nuca y en cuclillas.

—Ey Bocas, ¿pasa algo?, dijo un conocido de La Chorrera.

— ¿Le puedo dar algo de plata?, pregunto al guardia.

— Déselo, me dice.

Sacó unos tres dólares y se lo enseñó al guardia y él lo recibe y se lo da.

— Aquí está. Una correa, unas llaves, los cordones de los Hush Puppies y una pluma.

Los tomo y firmo el recibido. Me piden la cedula. Me acompañan a la salida.

— Espero no verte más por aquí, me dice el mayor.

No digo nada, pero al salir sentí un alivio y no miré hacia atrás. Tomo mi auto y me retiro.

Muchos recordarán lo tenebroso que era ver esta cárcel.

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