Aprendiendo a reconocer el ciclo de violencia doméstica

La violencia doméstica no se da así por así, de un tirón. No! La violencia aparece de manera gradual dando señales, las cuales muchas mujeres confunden con demostraciones de afecto y de amor.

Es un proceso que atraviesa diferente fases y es importante aprender a reconocer cada una, para que se puedan tomar medidas inmediatas, de darse el caso, para escapar de cualquier situación de peligro logrando salvaguardar la integridad física.

En el ciclo de violencia, se han identificado tres fases. La primera fase se conoce como LA TENSION. Dura un período de tiempo. Los abusadores abusan verbalmente de sus parejas y muchas víctimas sienten que están caminando sobre ‘cáscaras de huevo', pues no saben con qué humor llegará a casa, por lo tanto, el nivel de tensión y estrés va en aumento.

La segunda fase es llamada LA CRISIS. Finalmente, estalla la violencia. Este es un período bastante explosivo, inestable e impredecible. Pude durar de 24 a 72 horas y puede tener consecuencias tan graves como lesiones serias o tan lamentables como la muerte. El estado emocional y la situación que el abusador vive son los detonantes. Esta es la fase de crisis.

La tercera y última fase del ciclo es conocida como LA LUNA DE MIEL, o período de calma. En esta etapa, el abusador se muestra arrepentido y hace todo lo humanamente posible para ser perdonado y promete que ‘nunca más lo vuelve a hacer'. Puede durar varios días, semanas o hasta meses. La víctima siente un sentido de culpa y responsabilidad ante la vulnerabilidad del abusador. Muchos familiares y amigos perciben esta fase como el fin de la violencia, pero no es así. Algunas víctimas declaran que no ven a un abusador arrepentido sino ven una disminución en la tensión, es como si ‘estuviera recuperando fuerzas', advierten algunas, antes que inicien los maltratos otra vez.

La víctima empieza a entrar y a salir de la relación. Generalmente, se necesitan de muchos intentos para dejar la relación. El apoyo más grande es hacerles saber a las víctimas, que no están solas.

ESTUDIANTE DE PERIODISMO