• jueves 25 de diciembre de 2025 - 12:00 AM

¡Aplausos para los que lucharon por la Patria!

Conozco a esos pocos que salieron a poner el pecho cuando la nación fue agredida por un ejército invasor. También sé que fueron muchos los que lo hicieron en defensa de un sistema corrupto, encabezado por Manuel Antonio Noriega. Ellos estaban convencidos de que, si caía el capo, se produciría un efecto dominó, como efectivamente ocurrió tras la lamentable invasión. Hoy elevo mi voz al Altísimo para que tenga en su gloria a quienes cayeron defendiendo una Patria mancillada. De igual forma, reconozco a aquellos que se atrevieron a enfrentar a Noriega y exigir el respeto al triunfo opositor en las elecciones del 7 de mayo de 1989.

Entre ellos destaco a Ernesto Pérez Balladares. En una reunión donde estaban Noriega y el entonces candidato Carlos Duque Jaén, Pérez Balladares sostuvo con firmeza que, en un momento histórico como ese, correspondía reconocer la victoria de la oposición y proceder a una transición ordenada, conforme a la Constitución. Noriega reaccionó con furia y pidió que no se le volviera a invitar. Ese fue el inicio del segundo exilio de Pérez Balladares; el primero ocurrió en 1984, cuando intentó retar a Noriega durante la escogencia del candidato presidencial.

Nada justifica una invasión, y así lo reitero. Sin embargo, es necesario repasar los antecedentes para que las nuevas generaciones analicen con equilibrio lo ocurrido. El 6 de mayo de 1984 se cometió un fraude electoral contra Arnulfo Arias Madrid. El 13 de septiembre de 1985 fue detenido, torturado y asesinado el doctor Hugo Spadafora. El 6 de junio de 1987, el coronel Roberto Díaz Herrera denunció los abusos del régimen, lo que dio origen a la Cruzada Civilista Nacional. El 10 de julio de ese año, el pueblo fue brutalmente reprimido. En 1988 se intentó separar a Noriega del poder y se produjeron fallidos golpes militares, seguidos de ejecuciones.

Las elecciones del 7 de mayo de 1989 fueron ganadas por la oposición por amplio margen, pero anuladas violentamente. El 15 de diciembre de ese año, Noriega declaró la guerra a Estados Unidos. Dos días después, el asesinato de un oficial estadounidense fue el detonante final para la invasión.

Reitero: nada justifica una invasión. Pero conocer los antecedentes es imprescindible. Honro a quienes defendieron la Patria.