- miércoles 19 de mayo de 2021 - 12:00 AM
¡Apaga el celular y lleva tus hijos al campo!
En los tiempos actuales, donde la tecnología consume gran parte de nuestras vidas, pareciera que muchos padres han digitalizado la infancia de sus hijos, reemplazando la interacción con ellos en la naturaleza, por los videojuegos en línea, redes sociales y un sin número de herramientas tecnológicas de entretenimiento; dejando de lado los inolvidables momentos que en su niñez disfrutaron, cuando con sus familias y amigos salían a playas, ríos y otros lugares al aire libre, sin esas interrupciones.
Todos manejamos más o menos el mismo discurso: “en mis tiempos corríamos, jugábamos con tierra, andábamos en bici y éramos felices”, entonces, ¿por qué no ofrecer lo mismo a nuestros hijos?
Por supuesto, en aquellos años no existían estos aparatos, ¿y que bien se vivía sin ellos no?
No me mal interpreten, no estoy sugiriendo que los avances tecnológicos sean malos, solo que no debemos permitir que nos deshumanicen; somos seres sociales por naturaleza, de allí se explica que nos agrupemos en familias, luego en círculos más amplios. Amistades, compañeros de trabajo, etcétera.
Pero el tema va mucho más allá del aire puro, los bellos paisajes y la nostalgia por nuestra niñez. Según una publicación del prestigioso diario estadounidense The New York Times, “La interacción humana es un lujo en la era de las pantallas”.
Manifiesta, que las personas adineradas no permiten que sus hijos sean entregados a este tipo control tecnológico; quieren que jueguen con bloques de juguete, disfruten al aire libre y los matriculan en escuelas “libres de tecnología”.
Sí, se que esto se escucha algo contradictorio. Veamos: siempre nos han vendido la idea que la educación tiene que ir de la mano con los avances tecnológicos y hasta cierto punto es así, pero cuando los niños que pasan más de dos horas al día frente a una pantalla, obtienen menores calificaciones en pruebas de lógica y lenguaje, según un estudio desarrollado en más de 11 mil infantes, citado por ese reconocido medio, las cosas empiezan a verse distintas.
Y lo más escalofriante es que ese mismo trabajo reveló que los niños que pasan mucho tiempo al frente de una pantalla tienen cerebros distintos: “entre algunos niños hay un adelgazamiento prematuro de la corteza cerebral”.
Personalmente conozco a muchos padres que se enorgullecen porque su bebé de dos años hábilmente busca sus dibujos animados favoritos en YouTube, a través de un teléfono móvil, sin saber el daño que ello ocasiona.
Sin darnos cuenta, estos aparatos y nuestra falta de conciencia, están afectando gravemente el desarrollo integral de nuestros hijos, que cada día conocemos menos, porque para algunos, es más cómodo entretenerlos con la tablet que llevarlos a un picnic, donde juntos puedan jugar y responder a sus inocentes preguntas sin que la electrónica interfiera.
Sobre este tema consulte a Lionel Bethancourt, psicólogo de profesión, quien utiliza plataformas tecnológicas como Instagram, @golivepsicologia, para aconsejar a sus seguidores sobre como ir “hacia la vida que desean", desde una perspectiva emocional.
A pesar de ser usuario de las redes, como la mayoría de nosotros, este psicólogo manifiesta, que el contacto con la naturaleza permite a las familias hacer una pausa para contemplar un ambiente distinto del que se desenvuelven habitualmente, lo cual es sumamente positivo.
Y si este momento de esparcimiento es combinado con una política de apagado de nuestros teléfonos inteligentes, reforzaremos los lazos familiares, a través de juegos y conversaciones, sin interrupciones, explicó ese profesional.
Yo ya comencé a hacerlo, hace unos días visité con mi esposa y mi hijo pequeño, La Laguna de San Carlos, un lugar idílico, enclavado en las montañas de la provincia de Panamá Oeste. Apague mi teléfono y me dedique a pasar tiempo de calidad con mi familia, allí tomé las fotografías que ilustran este escrito.
Comunicador