- miércoles 13 de abril de 2022 - 12:00 AM
Andamos algarete y sobreviviendo
Da tristeza escuchar y ver a nuestras autoridades de salud anunciando la danza de millones para arriba y para abajo dedicados para construcciones de centros hospitalarios de salud, compra de equipos, medicamentos etc. que son necesarios sin lugar a dudas; sin embargo, no vemos una campaña mínima en salud preventiva que evite a la población llegar a ciertas enfermedades que son prevenibles.
Para nadie es un secreto los efectos positivos que trajo para la salud y el ambiente la aprobación de la ley antitabaco y su riguroso cumplimiento en todo el país, aunque la mism a no fue fruto de una campaña del Ministerio de Salud, quien debiera liderar éste tipo de iniciativas; fuera de eso, no vemos nada que le indique y anuncie a la población los daños a la salud que ocasiona el consumo de ciertos tipos de ‘alimentos' tales como: las bebidas azucaradas, el exceso de consumo de azúcar, la ingesta de altos niveles de sal, harinas en todas su formas, exceso de almidones, el alcohol, etc.
Tanto el Ministerio de Salud, como la Caja del Seguro Social deben liderar una campaña masiva en todos los medios de comunicación social del país y en las redes sociales orientación y educando a la población en materia alimenticia en aras de minimizar las causas que hoy por hoy mantienen abarrotados a reventar los centros hospitalarios en todo el país con personas buscando curar o mitigar alguna enfermedad que seguramente se pudo prevenir.
Entre tanto las clínicas, hospitales y farmacias privadas, dándose un banquete y recogiendo lo poco de plata que logra conseguir el sufrido pueblo, ya que en las entidades públicas de salud han sido incapaces de resolver el crónico problema del hacinamiento hospitalario y peor aún; el abastecimiento de medicamentos en las farmacias; habiendo sido creadas para resguardar la salud del panameño y extranjero que radica en nuestro territorio, y se hacen de la vista gorda solo pensando en la medicina curativa y en preservar sus puestos de trabajo.
Basta ya tanta ignominia contra nuestro pueblo, tenemos un altísimo porcentaje de la población que vive en condiciones desesperantes que en muchas ocasiones si desayunan no almuerzan y en nuestros campos y comunidades indígenas gente que sobrevive con menos de un dólar diario y cuando lo consigue corre a comprar una gaseosa con una bolsa de papitas para amortiguar el hambre, pensando sólo en llenar el estómago sin darse cuenta que lo que está ingiriendo es azúcar y grasa.
Por una vez en su vida piensen en prevenir y en servir, más no en curar y servirse.
FUNDADOR Y EX SECRETARIO GENERAL CGTP