- sábado 12 de octubre de 2024 - 12:00 AM
El fallecimiento, el pasado 22 de septiembre, del destacado compatriota, intelectual, historiador y filósofo doctor Alberto Osorio Osorio ha sido inaceptablemente pasado por alto en nuestro medio. Ello, una vez más, deja mucho que decir de la indolencia que reina en la sociedad y, muy especialmente, entre la intelectualidad local.
La Resolución de Duelo, emitida por el director del Departamento de Filosofía de la Facultad de Humanidades, Dr. Franz Poveda, donde el profesor Osorio Osorio ejerció por 45 años tres cátedras claves: Filosofía Medieval, Filosofía Contemporánea e Introducción a la Filosofía, es la única voz académica que plasma la gran pérdida que conlleva la partida de tan ejemplar ciudadano.
Nos destaca la misma: “Que el Dr. Alberto Osorio Osorio se distinguió por su entrega cabal al principio de la ejercitación del Pensamiento Filosófico en concordancia con la investigación y la asunción amplia de un elenco Philósophos que analizó en clases: Maimonides, Avicena, San Anselmo, Tomás de Aquino,Agustín de Hipona, Bergson, Duns Scoto, Averroes, Heidegger, el problema de los universales, las pruebas de la existencia de Dios -en clave constelaciones Fe y Razón, Fe y Saber, impactando el destino y Ethos profesional de sus discípulos, a la vez como donación espiritual, remarcó para la ampliación de la comprensión de la lectura de los textos filosóficos, la melodía de Los Cantos Gregorianos, la ritmicidad de la música sacra de Vivaldi y las misas o liturgias de Palestina y de W.A.Mozart.”
Conocí a tan distinguido conciudadano al inicio de mi carrera universitaria en Burdeos (Francia), cuando él ya finalizaba sus estudios doctorales en la prestigiosa Universidad Gala. Tuve por ello la oportunidad de compartir entonces y, ya después también, acá en Panamá. Lo encontraba con frecuencia en su diario caminar por el vecindario e intercambiabamos siempre inquietudes del devenir nacional.
Un hasta luego, entonces, a quien tanto conocimiento compartió en las aulas universitarias y a través de su prolífica obra filosófica e histórica. Entra al Panteón de la Patria con la dignidad propia de su conocimiento y saber.