- miércoles 05 de marzo de 2014 - 12:00 AM
Se acabó el jolgorio y a rezar
Después de enterrada la sardina, y de 4 días de jolgorio y desenfreno, el país vuelve a la normalidad con trabajadores en la empresa privada que llegan casi que forzados, trabajan a media marcha debido a la resaca y el cuchicheo de las historias de todo lo que alguien hizo o le contó algún familiar o amigo durante este Carnaval, que si calle arriba del lugar ‘X’ y calle abajo del ‘Y’, que si fulano se subió al grillo de tal lugar, las tonadas de unos contra otros, que si el tamborito, el baile del toldo con el conjunto tal, que la mojadera del lugar donde yo asistí, estaba mejor que la que tú fuiste, que las tarimas pagadas con el dinero del pueblo que el loco prometió eliminaría, pero su gobierno ha gastado no menos de 15 millones, etc.
Quienes no estuvimos en el jolgorio, nos conformamos con ver todo tipo de disparate por los canales locales, no pudimos disfrutar más de cuanta atorrancia se le ocurre a la gente con tal de ser mostrada en una cámara televisiva, por un lado los candidatos a cuanto puesto de elección exista tratando de ganar adeptos, aunque a otros esa gracia les costará algunos votos, porque en política los errores se pagan y caro.
Fueron cuatro días y sus noches de desenfreno total, el pueblo olvidó momentáneamente sus males, los que hicieron acompañar con paseos familiares al interior del país, a visitar a sus seres queridos, amistades, ir a playas, ríos, creo que muchos más solo al desenfreno y los menos seguramente al descanso, en sus casas o en hoteles.
Hoy volvemos a la realidad cruda y dura, a pelear por conseguir un metrobús que nos lleve al destino, la canasta básica, la luz eléctrica, los tranques, las aguas servidas, el dengue, las calles rotas y hechas un desastre, la coima porque seguramente esa no descansó ni en Carnavales, los tuits insultativos del loco a sus adversarios y a todo el que toque sus intereses, la campaña política que tampoco dio tregua en estos 4 días; Lavítola, a quién todo indica le caerá una condena por corrupción con funcionarios del Gobierno de Panamá, aunque en nuestro patio las autoridades nieguen que la misma se dio, etc.
Comienza la Cuaresma y ya tenemos el anuncio del aumento de precio del marisco en todas sus variedades, con la excusa de la alta demanda y la escasez del producto, siempre lo mismo, solo nos toca rezar.
*EL AUTOR FUE SECRETARIO GENERAL DE LA CGTP