• martes 26 de mayo de 2015 - 12:00 AM

Ábrele tu corazón a Dios. LUCAS 19:4 “… (Zaqueo) subió a un árbol SÍCOMORO…”

Es decir, se requiere mucho esfuerzo, voluntad, decisión, y arrojo para subir el ‘árbol de SICOMORO'

MISIÓN: ‘El Palo Enceba'o' -aquel tronco pelado, clavado en medio de una plaza festiva, de unos 5 metros de alto, embarrado de grasa, con un premio en su punto más alto, y gente esforzándose por alcanzarlo-, fue la imagen que se me vino a la mente cuando supe que, cuando crece, el tronco del ‘árbol de SICOMORO' pierde la corteza, hasta quedar sumamente resbaladizo y difícil de trepar. Es decir, se requiere mucho esfuerzo, voluntad, decisión, y arrojo para subir el ‘árbol de SICOMORO'. ¡Pero Zaqueo lo hizo! Mira, Zaqueo era considerado por su gente como traidor, mentiroso, ladrón, explotador, menospreciado, pequeño, aprovechado, rico, tramposo, era discriminado y poco digno. Ahora bien, ¿cómo se vería Zaqueo a sí mismo o qué necesidad tendría que ‘rápidamente se adelantó y, para ver a Jesús, subió a un árbol SÍCOMORO, pues el Maestro iba a pasar por allí'? ¡Zaqueo no lo detuvo que el ‘árbol de SÍCOMORO' fuera como un ‘Palo Enceba'o'! ¡Aprovecharía para subir y ver a Jesús! Ahora, Jesús ya ‘venció al mundo', enfermedades, necesidades, angustias, tentaciones, dolores…y hoy ‘pasa por aquí': ¿qué esfuerzo haces para verlo y aprovecharlo? No tienes que subir ‘El Palo Enceba'o', al ‘árbol SÍCOMORO' como Zaqueo: sólo ábrele tu corazón y el premio será que dejes de sobrevivir… ¡para empezar a vivir…no importa lo que piensen los demás respecto a ti!