Qué ironía, vivir en un País -presuntamente religioso- donde mentir es una regla de formalidad. La corrupción es norma a seguir por empresarios inescrupulosos, inversionistas bucaneros, mercenarios, políticos corruptos -traicioneros y vende Patria-.
Se le roba al trabajador, prueba: las cuotas dejadas de pagar a la Caja de Seguro Social (CSS) e impuestos al tesoro -por empresarios-, al igual que NO entregar facturas de consumo, sea en restaurantes o determinados comercios, pero nos cobran el impuesto y se lo apropian -eso constituye delito-. La aplicación de la justicia está sesgada.
Razón por la cual la CSS está al despeñadero del abismo que ofrece la banca privada, con el beneplácito entreguista de quienes mal gobiernan y los vende Patria.
Condenan al pobre. Se priva al estudiante universitario, de protestar, incluso -volanteando- en las aceras; a la libre manifestación de los trabajadores, pero se premia a quienes han desfalcado al Estado, aún cuando las pruebas sean irrefutables.
Algo ya no sorprendente es el sonado asilo otorgado a un condenado por la justicia panameña. Asilo pedido por un gobierno maldito, producto de la persecución que tiene a las iglesias, el imperdonable empobrecimiento de la población y ahora chantajea exigiendo el voto en el SICA. De rodillas nunca presidente Mulino.
Es conocido que Nicaragua se negó a suscribirse a tres convenciones sobre Asilo Político, las cuales determinan que los condenados por delitos comunes, no tendrán derecho a asilo político.
Por otra parte, el PARLACEN, más conocido como “la Cueva de Ladrones”, se nutre con atracadores, de Panamá entre otros países. Recurren utilizando ese inoperante organismo para blindarse.
Para concluir, en lo que parece totalmente fuera de contexto, es que la Policía Nacional de Panamá, se negara a acatar una ordenanza de la Corte Suprema de Justicia, situación que pudiera tratarse de EXTRALIMITACIÓN DE FUNCIONES.
Después nos preguntamos ¿por qué la población no respeta al uniformado? Mama Juana muere en silencio. Mas de 30,000 abogados no pueden unificar criterios para fortalecer el sistema de justicia y caiga quien caiga. Dios te salve, Panamá.
