Pronto disfrutaremos de las esperadas brisas que nos anuncian el final del año. Como en el pasado, de seguro que haremos el forzado inventario de las metas alcanzadas, y por supuesto que los proyectos inconclusos serán la mayoría. Y de seguro que nuevamente te comprometerás introducir cambios en tu vida, que te adelanto, no vas a cumplir.
Aun teniendo el agua hasta el cuello, siempre encontré alguna onza de optimismo para resistir. Pero, precisamente la falta de orientación política complica los problemas nacionales, reduciendo las posibilidades individuales y colectivas de sobrevivir.
¿Y las causas? Como no pretendo ser candidato a nada, y con mi diagnóstico no busco ganar simpatías, las ideas que hoy te comparto, sólo tienen compromiso con mi consciencia. En tiempos de una gran inestabilidad global, es peligroso que la preocupación gubernamental sea asegurar el funcionamiento del aparato estatal, para asegurar sólo los intereses de las élites económicas.
El lenguaje oficial empleado para justificar las acciones gubernamentales para atender los graves problemas sociales, disfraza la realidad de miles de ciudadanos. La desnutrición, la enfermedad y la violencia, es la resulta de las deficiencias educativas, del hambre y el desempleo.
Vamos cuesta abajo. Cada día aumentan los profesionales por el salario mínimo detrás del mostrador de un almacén. Sinceramente ante este panorama, temo que la falta de oportunidades sea el detonante de un estallido de violencia social.
No me sorprende que los poderosos y el gobierno estén “cerrando filas”. Esa alianza no es por puestos públicos, sino para recuperar esos espacios y oportunidades reales que en el pasado cercano propició el surgimiento de la clase media. La clase media panameña es ilusa, si cree “haciéndose los locos” y “pasar agachaós”, quedará a salvo de la barrería que preparan “los rabis” contra nosotros.
¿Sobrevivir? No! Por las características de esta crisis, debemos hacer compatible el interés de los poderosos por lucrar, así como el esfuerzo de las mayorías por defender lo que con mucho esfuerzo y trabajo conquistamos. Todo el mundo considera que Panamá tiene riquezas suficientes para todos. Quiel cree que las mayorías sólo sirve para trabajar a sueldo y para votar, está jugando con fuego.