1 de julio de 2024, inicia un nuevo período de 60 meses

Las elecciones generales del 5 de mayo de 2024 dieron por resultado nuevas autoridades en el Órgano Ejecutivo, Asamblea Nacional y en las corporaciones municipales del todo el país.

Un Presidente, 71 Diputados, 81 Alcaldes y 701 Representantes de Corregimientos. Más de 77% de los ciudadanos del registro electoral fueron a las urnas, con entusiasmo y con su decisión ya tomada.

Es la séptima elección post invasión, cada uno depositó su voto con sus propias expectativas y compromisos, en plena libertad en esta democracia liberal.

La realidad nacional e internacional están afectadas por los temas económicos, el cambio climático, la geopolítica y los problemas sociales; lo que nos lleva a una reflexión y análisis de los acontecimientos actuales; necesitándose un nuevo enfoque que nos permita comprenderlos.

En lo que a nosotros respecta, como colectivo (PRD), se inició la discusión sobre la valoración de los resultados en el proceso electoral. Es una tarea ardua y estoy segura que avanzaremos con los valores y principios que nos caracterizan de los que siempre estamos presentes en todo momento, “de cara al sol”.

Terminado el periodo de transición, realizado con respeto y de manera ordenada con los equipos salientes y entrantes; porque hay políticas públicas que van allá más de un quinquenio. Es importante que la gestión pública dé continuidad a los proyectos que hacen que la institucionalidad se fortalezca.

A partir de este uno de julio de 2024 inician las nuevas autoridades legitimadas por los ciudadanos; y tendrán la responsabilidad, con liderazgo propio, de fortalecer y conducir nuestra nación, asegurando la estabilidad institucional, la democracia y promover el bienestar general.

En nuestro país, que tiene una población de más de 4 millones de habitantes, nadie tiene la verdad absoluta y todos necesitamos aportar las semillas desde el espacio donde nos encontremos, para que con esperanza y optimismo en esta tierra fértil, sigan germinando las soluciones pacíficas, por el bien de las mayorías.

Nuestras diferencias podrían contribuir a fortalecer el debate político, con un diálogo de respeto e inclusivo y así seguir haciendo patria.