- domingo 16 de marzo de 2025 - 12:00 AM
Cuando Omar Torrijos, firmó los Tratados del Canal, el 7 de septiembre de 1977, el Círculo Camilo Torres (CCT) y el Centro de Estudiantes de Derecho (VANPOP-LSR), movilizamos al estudiantado universitario a la protesta callejera. La represión de la Guardia Nacional y los detenidos del día, nos llevaron a pedirle al Rector Salas, le solicitara a Torrijos un diálogo abierto y franco para el debate de los tratados, sin represión de ninguna clase. El 14 de septiembre de 1977, Torrijos aceptó la conversa y nuestras demandas.
El debate canalero se centró en las consecuencias del segundo tratado, el de “Neutralidad Permanente”. Juristas como Carlos Iván Zúñiga, Carlos Bolívar Pedreschi, Mario Galindo, Julio Linares, Diógenes Arosemena, Miguel J. Moreno, Bolívar Dávalos, Humberto Ricord, César Quintero, Tomás Herrera, José Manuel Faundez, Fabían Echevers y muchos otros, expusieron con lujos de detalles y argumentos jurídicos los peligros que generaba dicho tratado, también lo sabía el Gobierno de Omar Torrijos, pero estaban atrapados en las “negociaciones posibles” y el “pragmatismo político torrijista”.
Las fuerzas políticas estaban divididas a lo interno del país. La derecha, el centro y la izquierda controlaban la vocería a favor de los tratados y el apoyo a Omar Torrijos. Quienes nos opusimos a los tratados, éramos antipatriotas, agentes de la CIA, aliados de la oligarquía y de las fuerzas reaccionarias del Imperialismo Yanquí. En América Latina, Gobiernos dictatoriales de derecha y de izquierda, aplaudían a rabiar los nuevos acuerdos. La oposición nuestra, alertaba de los peligros de la interpretación antojadiza de los EE. UU. en aplicar el Tratado de Neutralidad Permanente cuando así les conviniera.
En el actual contexto de la política de Trump y sus amenazas contra la República y el Canal Panameño, llamo la atención de la oposición interna y externa contra el presidente Mulino, a los opositores de la Ley a la Caja de Seguro Social y la Mina-Contamina, si se deciden calentar las calles, la necesidad de la debida prudencia patriótica, para no darle a Trump, más argumentos para la intervención militar en Panamá y en el Canal. Evitar la confrontación violenta y ejercer el derecho a la protesta pacífica. Porque Trump nos está mirando y entonces, deberíamos preguntarnos como Chispirito, ¿Quién podrá defendernos?