Basta de guerras

La violencia no puede seguir siendo la respuesta
  • miércoles 08 de octubre de 2025 - 8:50 AM

Me pregunto si habrá en alguna parte del mundo un ser humano que no se estremezca ante las imágenes, reportes y denuncias sobre la situación en Gaza y Palestina, producto de la respuesta militar del gobierno de Netanyahu al ataque de Hamás en octubre pasado.

Las escenas de familias enteras viviendo en la miseria, con niños desnutridos y adultos exhaustos, recuerdan momentos oscuros de la historia.

Personas que apenas tienen fuerzas para levantar la mano en busca de un trozo de pan o un poco de arroz, intentando sobrevivir en medio de la destrucción y la desesperanza.El terrorismo, venga de donde venga —de izquierda, derecha o de cualquier credo—, es condenable. Y más aún cuando se pretende justificar en nombre de la democracia, la fe o la supuesta defensa de una tierra prometida.

El ataque perpetrado durante la festividad de Simjat Torá en territorio israelí fue un hecho atroz que conmocionó al mundo. La toma de rehenes y su uso como escudos humanos mostró el extremo de la crueldad humana y del fanatismo. Ninguna causa, por legítima que se considere, puede justificar esos métodos.

Pero en esa misma línea, ¿no deberíamos también cuestionar las acciones del gobierno israelí? ¿No es igualmente condenable el sufrimiento infligido a la población civil palestina? Miles de personas han perdido la vida, otras tantas lo han perdido todo.

La devastación en Gaza y la desesperanza de su pueblo son el reflejo de una tragedia que parece no tener fin.Frente a esta crisis humanitaria, surgen intentos diplomáticos, como el llamado “Plan de Paz para Gaza”, impulsado con mediación egipcia y apoyado por algunos sectores internacionales.

Toda iniciativa orientada a detener el derramamiento de sangre merece ser respaldada. Aunque estemos a miles de kilómetros, con un plato de comida frente a nosotros, no podemos ignorar que en este mismo momento un niño palestino puede estar pasando hambre o perdiendo a su familia.Resulta incomprensible que ni la ONU ni la comunidad internacional hayan logrado persuadir a Israel de la urgencia de detener esta catástrofe humana.

Por amor a Dios, la violencia no puede seguir siendo la respuesta. Gaza necesita un alto al fuego, ayuda humanitaria y esperanza.En otra ocasión, analizaremos si la interpretación religiosa de “la tierra prometida” se corresponde realmente con las Escrituras (Josué 23:12-16 y Jeremías 18:17). Por ahora, lo urgente es detener la guerra, porque cada día que pasa, mueren inocentes en nombre de Dios.

Abogado