- sábado 02 de enero de 2020 - 12:00 AM
La madre de todas las fiestas clandestinas ocurrió durante la celebración del Año Nuevo en Francia. Unas 2 mil 500 personas asistieron al evento clandestino en Lieuron, al sur de Rennes, en el departamento de Bretaña. El desmadre fue de tal proporción que la policía no pudo detenerla, hubo choques hostiles con los agentes y hasta se quemó un vehículo. Las autoridades finalmente decidieron instalar un cordón sanitario alrededor del lugar.
Había gente que había llegado de toda Francia y países vecinos, la actividad se realizó en un hangar vacío que pertenece a una empresa de almacenamiento.