- sábado 26 de junio de 2021 - 6:17 AM
Filipinas despidió este sábado con un funeral al fallecido expresidente Benigno Aquino III, un político atípico que manejó bien la economía y exhibió un tranquilo temperamento opuesto a su sucesor, el polémico e irascible Rodrigo Duterte, ausente en las exequias.
Sin aglomeraciones en las calles debido a la covid-19, la urna con los restos de Aquino, que falleció a los 61 años el pasado jueves debido a un fallo renal, fue trasladada en una carroza en Manila con honores militares.
Durante la misa previa al funeral el arzobispo Socrates Villegas destacó la "dignidad" y "decencia" de Aquino en una homilía en la iglesia de Gesu de la Universidad Ateneo de Manila a la que asistieron principalmente familiares y amigos, según el portal de noticias Rappler.
Los restos de Aquino, nacido en una rica familia terrateniente ligada a la transición democrática del país, fueron llevados en cortejo fúnebre hasta el Parque Memorial de Manila, donde fue enterrado junto con sus padres.
Acompañado por una banda musical castrense, el cortejo pasó bajo el agua que lanzaron camiones de bomberos en señal de respeto y fue regada con flores lanzadas desde un helicóptero.
Aquino, conocido popularmente como "Noynoy", fue encontrado muerto en su residencia en la mañana del jueves debido a un fallo renal derivado de la diabetes que padecía, entre otros problemas de salud.
Fumador empedernido que había reconocido su incapacidad de dejar ese hábito, el exmandatario había sufrido un deterioro de su salud en los últimos dos años con dolencias como neumonía y problemas cardiovasculares.
ESTILO SENCILLO Y DIRECTO
El gobierno de este político filipino, que utilizó un estilo directo y sencillo para hacer frente a los problemas del archipiélago, se basó en la lucha contra la pobreza y la extendida corrupción, dos de las principales lacras del país.
Durante su mandato (2010-2016), la economía creció un 6,4 por ciento de media y la pobreza cayó por del 26 al 24 por ciento, pero también se le acusó de no haber sido más firme con algunos casos de corrupción.
Su Gobierno se enfrentó a China por la soberanía de varias islas y atolones ubicados en el disputado mar de China Meridional y llevó el contendiente territorial al Tribunal de Arbitraje de la Haya, que falló a favor de Filipinas en 2016, cuando ya había traspasado el poder a Duterte.
Sobre todo, Aquino tenía un temperamento opuesto al del actual presidente filipino, conocido por sus exabruptos, su lenguaje en ocasiones soez y la guerra contra las drogas en la que miles de supuestos traficantes y drogadictos han sido ejecutados en las calles.
LUTO NACIONAL
Duterte, que no asistió al funeral, declaró el jueves diez días de luto nacional e instó a los filipinos a aprender del "legado" de su antecesor y a "aparcar sus diferencias" para honrar su memoria.
"Es con profunda pena que he sabido del fallecimiento del antiguo presidente, Benigno Aquino III. Agradecemos al antiguo presidente por sus servicio a nuestro país (...) Expreso de corazón mis condolencias a la familia Aquino", señaló el presidente en un discurso televisado.
Nacido en Manila en 1960, el padre del fallecido presidente fue un destacado político llamado Benigno Aquino II, azote de la dictadura de los Marcos que se autoexilió varios años y murió asesinado a su regreso al país en 1983, lo que dio inicio a los movimientos prodemocráticos contra el régimen.
Su madre era Corazon Cojuangco de Aquino, hija de una rica familia terrateniente que encabezó la llamada Revolución del Poder del Pueblo que defenestró a Ferdinand Marcos y luego ocupó la presidencia entre 1986 y 1992.
La muerte de Corazon en 2009 aumentó la popularidad de su hijo, un discreto senador graduado en economía que consiguió al año siguiente convertirse en el decimoquinto presidente de Filipinas.
Aquino solía reivindicar sus credenciales democráticas cuando recordaba que todavía tenía una bala alojada en el cuello debido a que recibió varios disparos durante una intentona golpista en 1987.
Sencillo, católico confeso y soltero, Aquino sorprendió a muchos por su independencia y un tipo de gobierno alejado de la pompa anterior y de los continuos viajes de Estado a los que era aficionada su antecesora, Gloria Macapagal Arroyo.
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