Ceviches y mariscos fritos ponen sabor a las elecciones peruanas
- domingo 05 de junio de 2016 - 3:51 PM
Ceviches, anticuchos, mariscos fritos y papas hervidas con ají son algunos de los platos tradicionales que dieron sabor a la segunda vuelta de las elecciones presidenciales de Perú en Chorrillos, histórico y populoso distrito de pescadores de Lima.
Los alrededores de los locales de votación de Chorrillos se convirtieron en una suerte de ferias gastronómicas con lo mejor de la cocina local para que los chorrillanos calmen su apetito después de votar entre Keiko Fujimori, la hija del encarcelado expresidente Alberto Fujimori, o el exministro Pedro Pablo Kuczynski.
Desde que los locales de votación abrieran a las 8.00 hora local, los vecinos de Chorillos más madrugadores acudieron a votar en compañía de sus parientes ancianos, quienes también quisieron sufragar a pesar de que los mayores de 70 años no tienen obligación de emitir su voto.
Es el caso de Aurelia Polos, una quechuahablante de 87 años, oriunda de Ayacucho, región de los Andes del sur de Perú afectada por el conflicto interno entre el Estado y el grupo armado Sendero Luminoso, que dejó unos 69.000 muertos entre 1980 y 2000, según el informe final de la Comisión de la Verdad y la Reconciliación (CVR).
"Vengo a votar porque es un deber y porque quiero que salga elegida Keiko Fujimori. Su padre hizo cosas buenas por Ayacucho cuando fue presidente", opinó a Efe Polos.
Para Juan, de 60 años, estas elecciones son el reflejo de un país donde "las personas no tienen conciencia de lo que significa una votación porque no votan por consignas sino solo por cumplir o por influencias".
A las fueras del colegio José Olaya, un pequeño mercadillo gastronómico inunda la calle de aromas a parrillas y a ollas, y en mesas que invaden la calzada se ofrecen artesanías, bisutería y plantas.
Las elecciones son una oportunidad para poner negocios callejeros, de esa manera lo ve Edwin Pari, que vende huevos cocidos en la puerta del colegio donde más tarde votará.
"Es una forma de hacer algo de dinero porque yo soy taxista y el tráfico de las elecciones no deja muchas ganancias. Por eso prefiero ayudar a mi esposa en su negocio", explicó Pari.
Martha Delao, una vendedora que recorre a diario las playas de Chorrillos para vender papas hervidas, comentó a Efe que ella también aprovecha la afluencia y el apetito de electores para trabajar.
Sobre las expectativas hacia el nuevo Gobierno, ambos coinciden en que cualquiera de los candidatos deberá trabajar para que el país tenga un futuro mejor, en especial para reducir la pobreza.
Solo Chorrillos, donde están llamadas a votar 233.037 personas, es un reflejo de lo que sucede en el resto de calles del país, donde el tráfico y las aglomeraciones son frecuentes en una jornada electoral.
En el muelle de Chorrillos, donde unos 250 salen a pescar diariamente de manera artesanal, lo que reina es el desencanto con la clase política, como contó a Efe Gabriel, un pescador de 45 años, quien tras faenar desde la madrugada en el mar, dijo a Efe que elegir a un nuevo presidente "le da igual".
"Al día siguiente voy a tener que levantarme y seguir trabajando", contó Gabriel resignado mientras acomodaba el pescado que, según indicó, le dará una ganancia de 20 soles (unos 6 dólares).
Tanto los que viven la jornada electoral en un ambiente festivo como los que lo hacen con indiferencia no conocerán quién será el sucesor del actual presidente Ollanta Humala para el período 2016-2021 hasta al menos las 21.00 horas locales, cuando la Oficina Nacional de Procesos Electorales (ONPE) dé el primer avance del escrutinio.
La candidata de Fuerza Popular, Keiko Fujimori, de 41 años, ganó la primera vuelta del pasado 10 de abril, mientras que el líder de Peruanos por el Kambio (PPK), Pedro Pablo Kuczynski, de 77 años, alcanzó el segundo lugar, en lo que para ambos es su segundo intento por lograr la Presidencia.