- lunes 12 de diciembre de 2016 - 12:00 AM
SUPERACIÓN
Cuando se quiere se puede, eso fue lo que se propuso Pablo Montana, un cantante colombiano de reguetón, y lo logró.
Según Pablo, con su llegada a Panamá, adonde llegó hace cinco años para buscar mejores oportunidades, pudo valorar mejor la vida y el trabajo, pues, junto a su madre le tocó vender hot dogs y hamburguesas para ganarse el pan.
Aunque actualmente está enfocado en su carrera musical, recuerda que pagaba sus estudios de comunicación social, en una universidad privada con lo que ganaba. También lo ayudó a impulsar su música.
‘No dejé de soñar y creer que mi talento le puede dar una vida mejor a mi familia', agregó.
El artista dice que no todo el mundo se atreve a llevar una carretilla, pero lo cierto es que le puede dejar a su dueño más de 150 dólares al día.
Pero Montana vendió el negocio y después se dedicó a tatuar, a hacer fotografías y participar en algunos eventos privados, ya que también ejecuta el violín, guitarra y piano.
Desde hace dos meses, Pablo Montana forma parte de la empresa musical Killswitch Record, con sede principal en Estados Unidos, país que tiene programado visitar para promover su trayectoria.