Reynaldo Hernández, el conferencista millennial que convierte la empatía en espectáculo

Su nuevo proyecto mezcla presencia, autenticidad y el arte de conectar sin miedo
  • lunes 17 de noviembre de 2025 - 12:00 AM

En un mundo donde hablar ya no basta y conectar es el verdadero reto, Reynaldo Hernández irrumpe en escena como uno de los nuevos “artistas de la palabra” más comentados del momento. El joven conferencista, neuropsicólogo y creador del proyecto ‘GANAN2s’, asegura que su trabajo no es solo dar charlas, sino transformar emociones, y lo dice con una seguridad que solo tiene quien domina el arte de la oratoria. “Un conferencista también es un artista porque convierte ideas en experiencias”, afirma.

Su nueva propuesta, ‘GANAN2s: Cómo Ganar Ganar en la Vida’, ya empieza a sonar fuerte en Panamá, y no es para menos. Hernández describe esta metodología como “una filosofía práctica para relacionarse asertivamente”, una herramienta para aprender a conectar desde la autenticidad y el respeto.

“Ganar no es competir; ganar es aportar valor para recibir valor”, confiesa con esa calma de quien tiene su filosofía tatuada en el alma.

El proyecto se sostiene sobre ‘Las 7 Artes del Ser’, una estructura que Reynaldo presenta casi como si se tratara de una puesta en escena: el poder de la presencia, la adaptación al contexto, el acercamiento sin intimidación, servir, solicitar sin imponer, agradecer y la autenticidad.

“Esto no es un libro que estudié; es mi manera de vivir. Lo que me ha funcionado a mí, quiero que funcione para otros”.

A sus 27 años, Hernández es parte de una nueva generación que quiere romper con la frialdad emocional de la era digital. “Siento que la juventud está un poco perdida en valores relacionales”, dice sin rodeos. Para él, la magia está en lo simple: aceptar quién eres, dejar de compararte y aprender a comunicarte sin conflictos. “No hay nadie como tú. Esa es tu ventaja”, repite como mantra.

Reynaldo, quien nació en Venezuela y vive en Panamá desde los 11 años, ya ha llevado ‘GANAN2s’ a universidades, centros de emprendimiento y auditorios llenos de jóvenes hambrientos de propósito. Pero no se limita a ellos: “Cualquier ser humano puede asistir. Hombre, mujer, niño, adulto; todos nos relacionamos”, explica.