“Quiero que mis libros lleguen a los lectores que buscan escapar de la realidad”
- domingo 30 de junio de 2024 - 7:56 AM
Alejandra Gómez es una joven escritora panameña que ha publicado sus dos primeras obras: “Pena y Muerte” y “Búsqueda y Desesperación”. Ambas obras están disponibles en Amazon y la librería El Hombre de La Mancha.
La autora, que en estos momentos se dedica a leer y escribir para que sus libros lleguen a más personas que buscan escapar de la realidad, sueña con estudiar cinematografía para llevar sus creaciones a la pantalla grande. Precisamente empezó a escribir a los 14 años, inspirada en la saga de las películas de “Star Wars”.
En su primera obra, Alejandra mezcla la investigación de un crimen con la intriga, una historia de amor, el conflicto con los padres, la traición familiar y la doble personalidad, que va llevando al lector a través del suspenso hasta el sorpresivo final.
Empecé a escribir cuando tenía 14 años, a punto de cumplir los 15, y todo empezó porque me enamoré del cine al ver las películas de “Star Wars” bajo la influencia de mis padres. Conecté tanto con ellas que decidí que quería hacer mis propias historias, que movieran a las personas, que tocaran sus corazones. Gracias a ello, incursioné en los libros y me encantaron. Fue como amor a primera vista, supe que eso era lo que quería hacer, que de ahora en adelante contaría lo que estaba en mi mente.
Oficialmente, sí, aunque cuando era pequeña llegué a escribir uno que otro relato que en el momento no vi como la posibilidad de un futuro. De hecho, justo antes de empezar a escribir libros como tal, escribí un guion de película de ciencia ficción en inglés, sin embargo, es un proyecto que aún no sé cuándo terminaré, ni cuándo perfeccionaré, por ahora está en un cajón esperando a que yo evolucione en mi escritura para que la historia obtenga la narrativa que realmente merece.
¿Cómo nació esta novela y cuánto tiempo te tomó escribirla?
En realidad, es una historia que no es tan compleja como me gustaría pensar, simplemente estaba sentada en mi sillón pensando y me vino cual brisa de verano la idea de un crimen, de una historia. Lo primero que se me ocurrió fue quién sería el asesino y de ahí una tormenta de ideas plagó mi mente. No pude parar de pensar en ello y supe que estaba en mí comenzar a realizar mis sueños. En cuanto al tiempo que me tomó escribirla, fueron aproximadamente siete meses de arduo trabajo.
Me costó un montón, tanto que había momentos en los que me preguntaba si debía detener mi imaginación, pero la idea de limitarme no me parecía correcta y menos cuando sabía el potencial de la historia una vez las piezas estuvieran unidas en una secuencia armoniosa. La parte más costosa para mí fue decidir lo que podía pasar en cada capítulo, decidir las maneras en las que podría darle vueltas y giros de trama que impactaran.
Quisiera decir que no lo experimenté, pero fue lo que más me frenó en el proceso de escritura. Si no fuera por los bloqueos, estoy seguro de que el libro hubiera visto la luz del día antes. Usualmente, cuando me sucedía, me tomaba un tiempo para descansar y dejar respirar la historia, para luego regresar con más fuerza, ya que la idea no era forzarme a escribir, eso lo tornaría en una obligación, lo cual no era.
Honestamente, nunca lo había considerado como tal, pero analizándolo y viendo la manera en la que se sueltan hilos de los cuales los lectores pueden jalar, sí podría verlo de tal manera.
Cuando yo empecé a escribir no había leído ninguno, realmente la mayoría de mis lecturas se basaban en distopías, romances y ciencia ficción. No tuve nada con lo cual guiarme, solo dejé que mi mente flotara por la trama sin encasillarme en un género o tipo.