- martes 27 de febrero de 2018 - 12:00 AM
Eso pasa, una conoce a un autor y quiere seguir dialogando. El escritor uruguayo Eduardo Galeano tiene un relato en su libro Los hijos de los días, que narra un hecho histórico importante para Panamá. Se llama ‘La noche kuna' y su rotunda introducción dice: ‘El gobierno de Panamá había ordenado, por ley, la reducción a la vida civilizada de las tribus bárbaras, semibárbaras y salvajes que existen en el país'. Debía estar citando algún decreto, pues tanto en ese párrafo, como en el que habla de las prohibiciones que se les hacían a las mujeres guna de utilizar sus aros en la nariz o molas como vestido, utilizaba un tono legal.
Ya más adelante, va contando sobre esa ‘manía de gobernarse a su modo y manera' y sobre cómo pusieron fin a los abusos policiales que les llevaron a organizar lo que hoy se conoce como Revolución Dule. Bueno, y yo digo ‘se conoce' como si los textos de historia o los medios de comunicación hicieran referencia a tan valioso acto de amor a la identidad de este pueblo. Pero no, nuestros hijos no estudian, ni rinden homenaje a la patria en esta fecha. Nosotros pasamos un día normal y no movemos un pelo por recordar este hito histórico.
La nación Dule tiene una estructura de gobierno envidiable, altamente participativa y espiritual. Los adultos mayores son tomados en cuenta por su sabiduría y se les respeta, al margen de que existe un gran número de intelectuales que les representan a nivel internacional en diversas disciplinas como la antropología, la sociología, el cine, la literatura, el derecho y la música. Hoy, la mola es un arte reconocido y un elemento en el diseño de alta costura y la decoración.
Pero si en Panamá no se les reconoce, un autor como Galeano, no pudo dejar de escribir sobre este gran día para la libertad.