Obra polifónica en la que el miedo es protagonista

Códigos. Es una novela contada casi toda desde el punto de vista de una niña con el don de la videncia.

En la escena que abre la narración, la criatura, sus hermanas y su madre están acostadas en el piso, donde es más seguro (por eso de evitar las balas perdidas).

Es el miedo. El autor pone un micrófono en la mente de los personajes, y según lo que descubre ahí dentro le da vueltas a esa palabra clave: miedo.

Es uno de los códigos existenciales de la obra. ‘Algo que los libros que cuentan la historia de la invasión jamás podrán captar ni proyectar', dice Carlos Fong, citando a Milán Kundera.

‘Otras palabras claves son: Patria, inocencia, soledad, amor...'. Fong las usa para intentar definirlas, desmontarlas y volverlas a armar.

En su búsqueda recurre a la técnica coral, es decir, varios personajes se expresan en torno a la clave, hablan, (callan), ríen, sufren, esperan.

Un elemento esencial es que a lo largo de la acción, los personajes siguen en el piso, ya no literalmente, aunque sí en su actitud, su melancolía e inclusive en su valentía.

Hasta las líneas finales, Fong demuestra eso que Kundera ya ha sentenciado: ‘el hombre y su mundo están ligados como el caracol y su concha'. A medida que el mundo cambia, también varía la existencia humana y sus códigos. De eso trata la novela de Carlos Fong: códigos existenciales.