La mariposa de siete colores

Un cuento sobre la aceptación física, la amistad y el perdón.
  • sábado 01 de julio de 2023 - 12:00 AM

La madre mariposa había muerto y dejó en la orfandad a cuatro mariposas hijas, muy pequeñitas.

Eran tan lindas que todas eran diferentes en sus colores, pero había una especial, que no podía volar; sus hermanitas la abandonaron dejándola a la merced de la naturaleza.

Con mucho cuidado, la alimentaban con la ayuda de un grillo saltamontes que la observaba triste y abandonada.

El saltamontes la trepaba en su espalda y comenzaba a saltar para práctica de ella.

Una mañana de rocío, el grillo saltamontes, observo que la linda mariposa estaba cambiando su color y podía mover sus grandes alas más rápido.

Ella no se acordaba de sus hermanitas y sabía que tenía que luchar pare sobrevivir.

Comenzó a alimentarse por sí sola, buscando el polen de las flores silvestres, que había en la maleza donde fue criada.

Llego el día en que alzó vuelo. Decidió ir a otros horizontes, pasando otras llanuras y encontrándose con cientos de compañeros de todos los colores, que bajos los rayos del sol, destellaban unos colores rojo, azul, amarillo, negro, chocolate, verde y blanco; colores que tenía en sus enormes alas, convirtiéndola en nuestra mariposa arcoíris.

Todas las otras mariposas la envidiaban por sus lindos colores, claro, que también tenía muy buenos amigos y un viejo búho que, en la noche, le contaba cuentos y la cobijaba con su cuerpo.

Ella salía muy temprano en busca de néctares para su alimentación, le gustaba compartir con los demás compañeros. Ella notaba que siempre tenía como amiga a tres de ellas, sin sospechar ambas que eran sus propias hermanas.

Fue entonces que recorrió donde su fiel amigo, el grillo saltamontes, y se lo contó todo.

Él era un muy atinado y astuto insecto, por eso le dijo: ‘Mariposita linda, esas son tus hermanas, llevan tus colores en su corazón'.

Inmediatamente, la mariposita de siete colores quería ir en busca de sus hermanas que un día la habían abandonado. Pero, su compañero grillo saltamontes tenía una idea, y le propuso una gran fiesta en su hogar, ese árbol que la vio nacer.

El día llego muchos invitados y nuevos insectos, pero, al llegar la hora de la sorpresa, el grillo le preguntó a sus hermanas que, si no le gustaría saber y ver a su hermanita, las que un día abandonaron.

Sí, le respondieron, estaban arrepentidas de los hechos, y una de ellas comenzó a llorar, pues deseaba verlas.

En eso, el grillo saltamontes, la tenía oculta tras de varias hojas y ramas del árbol, al separar las hojas por ramas se descubrió un destello que brillaba de todos los colores.

Sin embargo, las mariposas hermanas aún no entendían. El grillo saltamontes, les contó que él era testigo de todo, cuando fue separada, abandonada por su propia hermanita.

Ellas corrieron hacia ella y la abrazaron pidiéndole disculpas.

Ahora, todos vivían con ese viejo búho y su gran amigo grillo saltamontes, muy felices.