Las armas de filo tienen su historia

  • viernes 24 de enero de 2025 - 12:00 AM

Fueron estas las clases de armas de filo cortante que se usaban en nuestras regiones ocueñas en tiempos de la colonia, que fueron introducidas por los españoles en épocas de la conquista. Varían en su forma de encachadura, que toman los nombres de la siguiente manera:

Los sables de totuma. Sus empuñaduras favorecían las manos de quienes las usaban en caso de combate entre ellos, mediante su forma de empuñarlas, forma de totuma.

Las cruceras. Igual que en su hoja, llevaban en la empuñadura una cruz que protegía la mano del que la estaba usando.

Punta de cabeza de perro o zorra. Tenía una perfección en la imitación de dichos animales, especialmente los ojos.

El campesino que asistía a las fiestas, a menudo cargaba estas armas debido a los enemigos que tenía, por consiguiente lo llevaban a prepararse para posibles enfrentamientos. Si se encontraba con su adversario y era desafiado, no dudaba en defenderse recurriendo al uso del arma si era necesario. Muchos de estos combates se libraron bajo la sombra de los frondosos árboles de tamarindo, especialmente durante las festividades de San Sebastián y Santa Rosa, patrón y copatrona de Ocú.

En 1949, como homenaje a estos emblemáticos tamarindos, don Aníbal Quintero plantó un árbol en el centro de la plaza. Este acto simbolizó el recuerdo de un pasado marcado por los desafíos entre hombres valientes, que enfrentaban incluso a los más encumbrados. Hoy en día, la historia ha tomado un rumbo diferente.

La gente del pueblo y del campo ha avanzado, formándose cultural y educativamente, construyendo una sociedad de bien, orientada al desarrollo y al progreso de su querido Ocú. (Zárate, 1961).