Geño González y su apuesta por la cumbia

Ve positivo que haya competencia por los bailarores
  • jueves 26 de junio de 2025 - 12:00 AM

Desde los campos de Tolé, en la provincia de Chiriquí, surgió una voz que lleva décadas poniendo a bailar a generaciones enteras con su estilo inconfundible. Eufemio “Geño” González, líder del grupo “Los Explosivos de la Cumbia”, es uno de esos músicos que, con esfuerzo y fe, ha logrado mantenerse firme en el escenario popular panameño.

Los inicios de Geño en la música fueron humildes. Recuerda que su primera agrupación contaba apenas con instrumentos básicos: tumba, timbales y churuca. Con bocinas de campana, amenizaban las fiestas en los pueblos vecinos, llevando alegría donde hiciera falta. Aunque los recursos eran pocos, la pasión era inmensa. Ese espíritu lo sigue acompañando.

A lo largo de su carrera, el mayor reto ha sido mantenerse activo en la música. No ha sido fácil, reconoce, pero la perseverancia y la fe en que algún día alcanzaría el éxito lo han mantenido en pie. La música, dice, no es solo un talento, es también una lucha constante contra las adversidades.

En cada baile, Geño se encuentra con un público diverso. Jóvenes, adultos y personas mayores disfrutan por igual de sus presentaciones. Su estilo particular ha dejado huella, tanto así que en una amanecida en Tolé, los bailadores exclamaron: “¡Esto sí es cumbia explosiva!”. Desde entonces, el nombre de su grupo quedó sellado como “Los Explosivos de la Cumbia”.

Sobre la competencia en el ambiente musical, González es claro: hoy hay agrupaciones por todos lados, lo cual ve como algo positivo, ya que garantiza que nuestras tradiciones no se pierdan. Sin embargo, hace un llamado a la sensatez a la hora de negociar con los empresarios. “Hay colegas que no valoran su talento y eso afecta a todos”, comenta.

Como muchos artistas populares, ha enfrentado pérdidas económicas. Malos bailes, empresarios que no pagan, accidentes y otros tropiezos han sido parte del camino. “En este trabajo pasa de todo”, confiesa, pero insiste en que la clave está en no rendirse.

Además de la música, Geño trabaja en el sector hotelero, una labor que equilibra con sus presentaciones musicales. Aunque reconoce que es un gran sacrificio, ha logrado organizarse para cumplir con ambos compromisos, ya que la mayoría de sus toques son los fines de semana. “Me gusta el reto de hacer las dos cosas”, afirma.

La inversión en música también es un tema serio. Hoy día, armar un grupo con buen sonido e instrumentos de calidad puede superar los 40 mil dólares. “Todo es caro, hasta un par de bolillos para los timbales puede costar 14 dólares”, dice, con una mezcla de resignación y orgullo por mantener su equipo en óptimas condiciones.