- lunes 22 de junio de 2015 - 12:00 AM
TRABAJO
Con una inversión aproximada de 4.5 millones de dólares financiada por parte de a Agencia de Cooperación de Japón (JICA), en Panamá se lleva a cabo la cría y reproducción de atún de aleta amarilla cuyo fin es repoblar los mares y mitigar así los efectos de la sobrepesca.
En el proyecto, que se desarrolla en el laboratorio de Achotines en Pedasí, provincia de los Santos, intervienen la Universidad japonesa de Kinki, la Comisión Interamericana del Atún Tropical (CIAT) y la Autoridad de Recursos Acuáticos de Panamá (ARAP).
El objetivo del proyecto es entender y estudiar la vida temprana de estos animales para poder dar consejos a los gobiernos sobre políticas pesqueras y en concreto, sobre la cantidad de capturas sostenibles.
Luego de criarlos por primera vez en la historia, los científicos de Achotines han conseguido trasladar ejemplares juveniles de los tanques artificiales del laboratorio a unas jaulas marinas que están en mar abierto.
Yoshifumi Sawada, director científico del proyecto y profesor de la Universidad de Kinki, explicó que los japoneses, al ser de uno de los países que más atún consume en el mundo, tienen la responsabilidad de promover el uso sostenible de estos recursos", dijo durante una visita al laboratorio.
Sawada manifestó que el objetivo es liberarlos una vez crezcan y aumentar así la población de esta especie, pero aunque parece sencillo y automático, se trata de una labor lenta y compleja.
Vernon Scholey, científico irlandés y director del laboratorio, afirmó que en Achotines conservan una veintena de ejemplares reproductores en un tanque con capacidad para 1 millón de litros, 6 metros de profundidad y 20 metros de diámetro.
‘Las larvas son extremadamente delicadas, solo el 5% consigue sobrevivir, algunas no aprenden a nadar y mueren por flotación, otras practican el canibalismo y otras se chocan contra las paredes de los tanques y fallecen', dijo Vernon.
Un pequeño cambio en la supervivencia de una larva puede suponer un cambio gigantesco en la población atunera mundial, sostuvo el irlandés.
‘Esta investigación contribuye a la seguridad alimentaria de Panamá y a la conservación de recursos pesqueros en el mundo', resaltó el director de JICA en Panamá, Kazumi Kobayashi.
Iván Flores, administrador de la Autoridad de los Recursos Acuáticos (ARAP), expresó su agrado por el proyecto.