¡Al que le caiga la teja que tome nota!

Hay que recordar que aquí no se juegan platillos, como lo hemos dicho en varias oportunidades: Los apostadores merecen respeto
  • miércoles 14 de junio de 2017 - 12:00 AM

Pensaba empezar esta columna con alguna frase de un connotado filósofo, pero al final decidí utilizar palabras sabias de uno de los grandes jinetes nacidos en nuestra pequeña tierra. Hablamos de René Douglas, quien en un corto cruce de párrafos por las redes nos dijo ‘que hay tiempo para todo, simplemente, es saber cuándo uno puede hacer las cosas'.

Para entrar rápido en materia, recalcamos que no es conveniente para los profesionales del sillín exhibirse en las instalaciones del coso juandieño empinando el codo (libando). ¿Qué pensaría usted si viera a un boxeador tomando la semana que ve acción o a un futbolista, previo a un partido, refrescándose con pintas fuera del estadio? La hípica es un deporte que exige el máximo rendimiento, y los jinetes, como sus actores principales, deben estar en todas sus facultades físicas y mentales para desempeñarse en las cartillas. En su lugar de trabajo deben dar el ejemplo y demostrar profesionalismo.

Hay que recordar que aquí no se juegan platillos, como lo hemos dicho en varias oportunidades: Los apostadores merecen respeto y los pocos ‘jockeys' que no se comportan como profesionales, ya es hora de que hagan un giro y se encarrilen.

Vuelvo a mencionar en este punto otra frase de René Douglas, ganador de 3 mil 587 carreras y que logró ingresos por el orden de 102 millones 425 mil 640 dólares en 27 años. ‘Todos tenemos una manera diferente de pensar, yo fui muy serio en mi profesión, nunca tuve vicios, pero no todos somos iguales'.

El deporte de alto nivel y el alcohol son una combinación que no va ni irá de la mano. Hay látigos con grandes cualidades que se han visto condenados a actuar en nuestro medio, porque en su debido momento no lograron mentalizarse. Si entre cartillas no te cuidas, ¿en qué condiciones estarás arriba de los pencos?

Estoy harto de escuchar como en las diferentes agencias califican con apelativos de grueso calibre a látigos locales, por el simple hecho de haberlos visto empinando el codo en el ‘parking', anexo del hipódromo. ¡Sean verdaderos profesionales y el éxito llegará!

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