De Panamá hacia la cima del mundo

Con 25 años, el panameño Eduardo Hernández Kalifa se prepara para una de las mayores hazañas de su vida: ascender el Monte Everest, la cumbre más alta del mundo. Su travesía comenzó en noviembre en Ecuador y forma parte de un ambicioso proyecto de cuatro etapas que lo llevará por distintas cordilleras del planeta.

Vinculado al deporte desde su niñez, fue a los 17 años cuando Eduardo descubrió su verdadera pasión por el montañismo. “Desde aquella primera vez que subí una montaña, lo disfruté tanto que decidí seguir haciéndolo. Hoy lo practico incluso por mi cuenta”, comentó.

Su esfuerzo y dedicación han convertido esta disciplina en un verdadero reto de superación personal, que lo ha llevado a escalar más de 300 montañas y a certificarse en diversas áreas del deporte de aventura, como rescate, búsqueda y primeros auxilios en zonas remotas.

El origen de su actual proyecto nació en un momento de introspección. “Un día estaba mirando el techo y me puse a pensar qué quería hacer con los próximos años de mi vida. Recordé las historias de personas que cumplieron sus sueños y me pregunté: ¿por qué no intentarlo yo también?”, relató.

Hoy, siendo tan joven y con una notable trayectoria a sus espaldas, Eduardo ha contemplado su plan en cuatro etapas.

La primera fase del proyecto inició a finales de noviembre, con la ascensión al Chimborazo, Cotopaxi e Iliniza Sur, en Ecuador. Luego continuará hacia el Kilimanjaro, en Tanzania, previsto para mediados de 2026; más adelante afrontará el Aconcagua, en Argentina, a finales de ese mismo año. Finalmente, en abril de 2027, emprenderá el ascenso al Monte Everest por la cara sur, en Nepal.

Eduardo ha fijado sus objetivos en fortalecer tanto el cuerpo como la mente. “En Panamá puedo prepararme físicamente y mentalmente, aunque el tema de la altura solo se entrena estando en ella. Cada esfuerzo cuenta”, afirmó.

En este sentido, cabe resaltar que, aunque ha explorado ampliamente las montañas de Panamá, el joven explica que el alpinismo técnico no puede practicarse completamente en el país debido a la falta de elevaciones con alta dificultad.

“El volcán Barú, por ejemplo, es una montaña emblemática, pero su ascenso no requiere más que tus pies. En cambio, en lugares como la Cordillera de los Andes, las condiciones son mucho más exigentes y se necesita equipo técnico y preparación especializada”, detalló.

De alcanzar la cumbre del Everest, Eduardo Hernández Kalifa se convertiría en el segundo panameño más joven en lograrlo. Para él, más allá del reconocimiento, su propósito es transmitir un mensaje de inspiración: “No busco que todos suban al Everest, pero sí que cada quien invierta en sí mismo, en sus sueños. Si logramos eso, ya habremos ganado”.