Su historia estuvo ligada a México

Pedroza fue noqueado en su primer pleito titular
  • domingo 03 de marzo de 2019 - 12:00 AM

LEYENDA

Eusebio Pedroza, el campeón mundial panameño de boxeo fallecido el pasado viernes a los 62 años de edad, tuvo un inicio internacional que presagió todo lo contrario y sucedió en México.

La carrera del gran ‘Alacrán' (como fue conocido) tuvo muchos capítulos asociados con México, algunos felices, otros todo lo contrario. Una amalgama agridulce, pero histórica fue la relación del gran boxeador.

En su decimosexta pelea, coincidiendo con en su primera salida internacional cuando militaba en la división de los pesos gallos, Pedroza Silva fue enviado con un récord de 15-1-0 y nueve k.o a disputarle el cetro mundial al subcampeón olímpico de Múnich 1972, Alfonso Zamora, en Mexicali, México.

Zamora, un golpeador de pegada salvaje lo desmanteló en dos asaltos para devolverlo a Panamá con el sello del nócaut en su récord.

Eusebio, un tipo de elevada estatura para esa división, hizo lo correcto y, tras lamerse las heridas, ascendió a la categoría en la que perpetuaría su nombre: el peso pluma.

Después de sumar cuatro peleas, una de ellas derrota por nocaut ante el venezolano Óscar Arnal, no desaprovechó la oportunidad que le fue servida en casa y venció al español Cecilio Lastra para comenzar una saga que lo llevó a imponer una marca de 20 exposiciones de la corona mundial de los plumas, la cual defendió en 19 ocasiones.

Su primera defensa, en la capital panameña, fue ante el de Monterrey, Nuevo León, México, Ernesto Herrera, al que noqueó técnicamente en 12 vueltas, en Panamá.

Poco después, un desafío histórico se le presentó en Houston, Texas, donde hizo la quinta defensa de su reinado ante el icono e ídolo de ídolos mexicano, Rubén Olivares, quien, ante él, buscaba una oportunidad más.

El resultado fue el mismo que con Herrera, un nócaut.

Las honras funebres de Pedroza se realizarán el viernes 8 de mnarzo a las 11 de la mañana en la Iglesia San Judas Tadeo, luego al Jardin de Paz.