Un héroe olvidado
- jueves 23 de febrero de 2023 - 12:00 AM
La selección juvenil de Panamá Metro, controló con contundencia los campeonatos nacionales, entre los años 1987 a 1993, ganando siete títulos seguidos. Dentro de esas imbatibles selecciones, había un jugador especial y sus amigos le conocimos como ‘Rafa Fernández'; pero su nombre completo era: José Rafael Fernández.
Lo vi por última vez en el verano de 2014, cuando fui en compañía de mi hijo mayor al Gimnasio Yuyin Luzcando, que colinda con el estadio William Cook de Betania; ahí se encontraba el amigo, conversando con un guerrero de mil batallas; el inolvidable e imprescindible entrenador de pequeñas ligas, Rolando Contreras, conocido por todos como ‘Pincay'; Rafa estaba acompañado de sus hijas y me comentó: ‘José estas muchachas no tienen ni idea, de las hazañas que su papá logró en el béisbol'; luego seguimos conversando amenamente y jamás sospeché que sería una despedida.
Para noviembre del mismo año, el amigo había fallecido, luego de haber tomado una mala decisión, agobiado por problemas familiares.
En lo personal, me crié en el barrio de Betania; lugar en donde gran cantidad de niños y jóvenes, pasábamos las tardes y el verano; en prácticas y ligas infantiles e intermedia. Entrenadores como Rolando Contreras ‘Pinkay' y Luis Zamora, eran unos fuera de serie.
Llegué por primera vez al centro deportivo, a mediados de los ochentas, a jugar béisbol intermedio y me percaté sorprendido que había un niño de nueve años, practicando con jóvenes entre 11 y 12 años, ese era Rafa Fernández; un jugador destacado, que contaba con las cinco herramientas: excelente defensa, fuerte brazo, bateaba para promedio, bateaba para poder y era buen corredor de bases.
Lo que más me sorprendió, fue que jugaba en los jardines y en el campo corto, con un instinto e inteligencia que sólo versados grandes ligas cuentan. Fernández, también era un extraordinario lanzador, pues tenía un excelente comando o control, una fuerte recta y una precisa curva. En ocasiones también jugaba en la receptoría.
En una interesante entrevista, que brindó Rolando Contreras (Pincay), a la página web: https://cafebeisbolero.com; al preguntársele sobre algún pelotero que recordara de manera especial y ¿por qué?; No dudó ni un segundo en decir: ‘Con todo respeto de todos los peloteros que han pasado por mis manos, para mi había un pelotero que era un fuera de serie que se llamaba Rafael Fernández (Q.E.P.D), le decían Rafa. A los 9 años hizo selección de Betania con puros niños de 11 y 12 años y él con 9, lo metimos a la selección. Era jardinero, bateaba y jugaba super bien. También jugó juvenil con la selección de Metro. Fue firmado por Chicago. Yo le hice un homenaje en Betania… tomó una mala decisión y ya no está aquí con nosotros, pero para mí, él era un muchacho muy especial.'
Siempre conocí de la admiración que Pincay, le dispensaba a Rafa Fernández, pues me llegó a decir: ‘…Almengor, aquí sólo hay dos peloteros que hacen la selección de Betania, sin la necesidad de jugar un solo juego en la liga, y esos son: Rafael Fernández y Harmodio Cedeño…'
La liga de Betania era fuertísima y la competencia brutal, ello en gran medida, porque el equipo que representaría al país en el extranjero (selección nacional), de las pequeñas ligas, salía de una competitiva liga distritorial, en donde los equipos de Betania y Curundú, eran los eternos favoritos.
Luego de cumplidos los trece años de edad, los días de Rafael Fernández; en la liga de Betania, estaban contados, eso era una realidad; en la medida de que la liga de Curundú, que en ese momento tenía su sede en el coloso de Cabo Verde, el Estadio Juan Demóstenes Arosemena; ubicaba y reclutaba a peloteros con el perfil de Rafa; quien, desde antes de cumplir los diez años, era identificado como un potencial jugador profesional.
Rafa Fernández, fue captado por la liga de béisbol de Curundú y en diferentes ocasiones representó a Panamá, como selección nacional. Sus nuevos tutores serían los profesores: Fermín (Chompipa) Castañedas y Plinio Castillo. Las prácticas de bate de los jugadores, se realizaban en un sótano existente, debajo de las galerías de sol, del estadio Juan Demóstenes Arosemena
Ya para el verano de 1990, el trabajo había rendido frutos y Rafa Fernández, era un pelotero maduro, que se encontraba en la Selección Juvenil de Panamá Metro. En esta oportunidad, mantuvo un desempeño excepcional, ganándose la Triple Corona del béisbol juvenil; con el elevado promedio de 529, con 5 cuadrangulares y 18 carreras empujadas.
Inmediatamente; después del torneo regular de 1990, los Cachorros de Chicago, firmaron a ‘Rafa Fernández', como agente libre internacional.
Su paso por las ligas menores fue efímero; sólo estuvo un año, en el equipo Huntington Cubs, de la Appalachian League, a los 17 años, en 1991; con promedio de 167, producto de 2 imparables en 12 turnos al bate. El nivel más alto que alcanzó fue rookie.