Exceso de confianza

La privacidad tiene límites
  • miércoles 18 de junio de 2014 - 12:00 AM

Los padres poseen, como los animales, instintos naturales de protección a sus crías, un sentido de pertenencia y lealtad absoluta.

La intervención esporádica en las actividades que realizan sus hijos tiene mucho que ver con la formación del carácter.

Si bien es cierto, un padre puede ser un buen amigo, si eso desea, mas no debe convertirse en un padre sobreprotector.

La adolescencia es la etapa más difícil que atraviesan los jóvenes, pues sufren de cambios drásticos de humor, emociones y sentimientos, buscan aislarse de todo lo que esté en contra de su sentir.

¿Qué normas de la sociedad moderna estipulan que los adolescentes necesitan la mayor privacidad posible?

Un manual para educar a los hijos correctamente no es suficiente, porque nadie está preparado para los retos que traerá cada niño. Golpear exageradamente tampoco es la solución, mucho menos ridiculizarlo frente a la gente.

Los jóvenes necesitan su espacio, pero los padres deben saber en qué momento intervenir si notan que sus hijos se encuentran en una actitud sospechosa.

Las drogas, el alcohol, el sexo y los desórdenes alimenticios son tan solo algunos de los flagelos que los atacan en esta etapa de su vida.

La rebeldía puede ser sobrellevada, mas no reprimida, porque es la forma que tienen para manifestarse ante situaciones que no les son placenteras.

Aunque no tenga razón de ser, es mejor tratar de comprender y llegar a acuerdos mutuos que luchar contra el orden natural de las cosas.