¡Quiero un hombre!
- jueves 03 de julio de 2014 - 12:00 AM
Almendra salió a la calle dispuesta a buscar hasta debajo de las piedras al hombre de su vida. Y se lo encontró en un bus, pero él iba acompañado de una mujer de mirada intimidatoria. ‘Ese hombre es mío y la que quiere, puede’ se repitió y se ubicó cerca para observar cada gesto de la pareja y deducir si la otra era un parche o la sólida del susodicho.
Tuvo la suerte de correrse hasta quedar detrás de ellos, así supo que el hombre que le había revuelto los pensamientos y alterado el ritmo de sus entrañas se llamaba Neymar y que la que iba al lado era su ex, con quien tenía cinco pelaos que vivían con la mamá de él.
Tuvo la suerte de que la ex se bajó sola y enseguida ella se sentó al lado del morenazo, quien la miró extrañado cuando ella lo saludó por su nombre. ‘No recuerdo conocerte, mami’, le dijo él y ella le aclaró que se habían visto en el acto de la toma de posesión.
Ya me quedo por aquí, dijo el fornido, y Almendra gritó ¡qué coincidencia, también yo!, y se bajó en la misma parada y lo siguió hasta una esquina, donde vio que lo esperaba una mujer. Cuando los vio entrar a un restaurante los imitó y se sentó frente a ellos. Comió sin dejar de mirarlos hasta cuando él reparó en su presencia y quiso disimular que no la había visto, pero ella le dijo: Hola, Neymar.
La otra la miró interrogante y de mal talante, pero Almendra no se amilanó y le preguntó al desconocido por los niños. ‘¿Cuáles niños, de qué niños habla ella, papi?’, gritó la otra ante el nerviosismo de Neymar, quien a pesar de su tamaño y contextura recia se volvió un ocho y contestó que eran sus sobrinos, hijos de su hermana. ‘¿Cuál hermana? Si tú no tienes hermanas, habla claro, coño, o yo pateo todas estas mesas y le pego hasta a los seguridad’, vociferó la dama. ‘Quise decir cuñada y no hermana, y son mis sobrinos que viven lejos’, expresaba el hombre cada vez más enredado. ¿Lejos es dónde?’, preguntó ella con rabia y a gritos.
Neymar no pudo contestar ni sabía cómo salir del atolladero mientras la novia, enfurecida porque él le había visto a ella, que se creía muy viva, la cara de pendeja ocultándole los hijos, empezó a cumplir su amenaza, a tal punto que ni él mismo la podía controlar.
Dos seguridad tuvieron que llevársela cuando ella amenazó con golpear y hasta matar a quien le agarrara el brazo para que dejara de golpear al ‘cabrón mentiroso’. Cuando se llevaron a la rabiosa mujer, Almendra se le acercó a preguntarle si le dolía algo.
Él la miró con odio y le dijo: ‘Me duele el %&#*, lárgate y no jodas’, pero Almendra insistió otra vez. No vuelvas a preguntarme nada o te saco a patadas de aquí, le gritó el llamado Neymar con tanta seguridad que ella optó por retirarse a buscar al hombre de su vida en otra parte. ‘Fallé esta vez porque el ’man’ ya tiene varios comearroz, pero antes de que se acabe el Mundial yo encuentro a mi complemento o le bajo uno a la que esté descuidada’, les dijo Almendra, todavía asustada, a sus amigongas.