¿Quién manda aquí?
- lunes 26 de mayo de 2014 - 12:00 AM
El ambiente estaba pesado. En medio del silencio se escuchaban los rumores sobre los cambios que se avecinaban. ‘Esa se va, junto con la gorda mamarracha que se sienta en el 7, también supe que a uno que pondrán de patitas en la calle es al persa, para que vaya a vender sus duros caros a otro lado, ah, y otros que están en la listita son los de allá, los rumberos, por traidores’, dijo ‘Lacha’ y se fue antes de que alguno le ‘rogara’ que intercediera por ella.
No le rueguen, que eso es puro cuento, cuidado y es ella la primera en sentir el beso de la escobota que viene bajando, alegó Lorenza, que no soportaba el blablablá de ‘Lacha’, que también había hecho correr el rumor de que a ella la estaban mirando para ponerla al mando. ‘Yo no quiero, pero si me piden el favor, bueno, tendré que aceptar porque a nadie se le niega ayuda’, dijo con cara de inocentona cuando alguien le preguntó qué tan cierto era su ascenso. En esas predicciones llevaba dos semanas, atormentando a sus compañeros y obligando a los de mente más débil a tomar el famoso lomotil, cuando se supo el nombre del jefe de la cartera, y por ahí mismo se enlistó a muchos que ocuparían puestos de mando. Esa misma tarde llegaron dos técnicos a reparar un equipo, de manera que hubo que correr algunos escritorios, tocándole a Lorenza quedar sentada en el escritorio de la jefa del departamento. Algunos, por molestar, empezaron a llamarla jefa, lo que molestó mucho a ‘Lacha’, que no soportó y le preguntó airadamente por qué estaba ocupando ese lugar. ‘Es que este será mi puesto dentro de un mes y unos días’, le contestó Lorenza sonreída. ¿¿¿¿¿Cómo, cómo????? Ese puesto tiene nombre y apellido, ripostó ‘Lacha’. Y agregó molestísima: Así que te vas quitando de allí o …
O qué, dijo Lorenza y se levantó dispuesta a seguir la refriega. O te quito de allí yo, porque, para que sepas, a mí me van a ascender, desde julio me verás sentadita allí, como la pájara pinta en su verde limón, de manera que me desocupas ya, pidió ‘Lacha’ chasqueando los dedos. Quita de aquí tus dedos de porquería, exclamó Lorenza y se los agarró violentamente. Los soltó cuando fueron muy evidentes las muestras de dolor de ‘Lacha’, quien se alejó rumbo al baño, de donde regresó repentinamente armada con una escoba. Lorenza reaccionó cuando sintió el escobazo en el rostro.
Se encontró, fugazmente, sin saber qué hacer, pero sacó su casta de guerrera y desarmó a la agresora. ‘Vamos a puño limpio, para que sepas quién es quién’, le exigió y se cuadraron. El alboroto atrajo a los seguridad, que no pudieron separarlas; tras ellos vino el director, que se tomó su tiempo para verlas en acción. Luego, con calma, se quitó la corbata y el saco, y a viva fuerza las apartó. ‘Se van las dos, aquí no se ha dicho todavía la última palabra y aún mando yo, nadie sabe quién se va ni quién viene’, gritó y cumplió lo dicho, pese a las súplicas de las dos mujeres.