Paquete flojo

Este corazón no se enamora, repetía Belisario, quien tenía sus ‘deficiencias' masculinas que solo conocían las mujeres con las que había compartido cama. Por eso jugaba siempre a no enamorarse, porque sabía que las bellas lo querían mientras estaban ignorantes de su paquete torcido, aguado y de poco aguante a la hora del revulú debajo de las sábanas. Nunca había podido olvidar a la suculenta Mileika, quien en la primera cita íntima, apenas se lo vio, le dijo inocentemente ‘parece una muñeca de trapo'. La comparación lo puso violento y le metió dos trompones para que la burla se le transformara en mueca, y ella le devolvió el ataque con una retahíla de insultos sobre su virilidad. Para terminar, él la amenazó de muerte si ella le contaba a alguien lo de su defectito. ‘No te preocupes, soy una tumba, pero date una vuelta donde el médico, quizás él te ayude a superar ese problema', le dijo Mileika, pero Belisario se defendió alegando que no tenía ningún problema, que esa cosa era así y que con ella en ese estado había vivido 25 años y procreado varios pelaos.