Lo pasaron por la parrilla en su propia casa

Entra en la escena un primo que resulta que no es ningún primo
  • lunes 15 de abril de 2024 - 12:00 AM

En un tranquilo pueblo en las afueras, vivía don Miguel, un hombre de 70 años que había pasado la mayor parte de su vida solo después de la partida de su esposa. Aunque sus días transcurrían sin grandes sobresaltos, algo inesperado estaba por suceder.

Una tarde soleada, mientras paseaba por el parque, don Miguel se cruzó con una joven de cabello amarillo candela y ojos brillantes llamada Sofía. A pesar de la marcada diferencia de edad, algo en la sonrisa de Sofía iluminó el corazón de don Miguel.

No tardaron en entablar conversación y descubrieron que tenían, ciertos, intereses en común. Con el tiempo, la amistad entre don Miguel y Sofía se convirtió en algo más profundo.

La vitalidad y la alegría de la joven rejuvenecían el alma de don Miguel, mientras que su sabiduría y experiencia atraían a Sofía hacia él. A pesar de las miradas y los murmullos de la gente del pueblo, su amor floreció sin reparos.

Decidieron vivir juntos en la casa de don Miguel, donde crearon un hogar lleno de amor y complicidad. Sin embargo, la felicidad de la pareja pronto se vio amenazada cuando Sofía decidió invitar a su primo, Mateo, a vivir con ellos por un tiempo.

Aunque don Miguel no estaba del todo seguro de la idea, accedió para complacer a Sofía.Al principio, la convivencia fue armoniosa. Mateo parecía un joven educado y amable, pero pronto reveló su verdadera naturaleza.

Comenzó a comportarse de manera desafiante, mostrando desprecio por su edad y su presencia en la casa. Sofía, cegada por el afecto hacia su primo, no notaba las tensiones crecientes entre él y don Miguel.

Con el tiempo, Mateo se volvió más y más intratable, hasta que un día, en un arranque de ira, expulsó a Don Miguel de su propia casa. Sofía, dividida entre el amor por su pareja y la lealtad hacia su primo, se vio en una encrucijada.

Finalmente, decidió quedarse con Mateo, dejando a Don Miguel solo y desamparado.Herido y decepcionado, Don Miguel dejó el pueblo en busca de un nuevo comienzo.

A pesar del dolor de la traición, guardaba en su corazón los hermosos recuerdos de su amor con Sofía, sabiendo que el tiempo le ayudaría a sanar las heridas y a encontrar la paz. Mientras tanto, en la casa donde una vez reinaba el amor, la sombra de la traición y el egoísmo oscurecía cada rincón.

El trancazo fue tan duro que ahora el don recorre los pueblos predicando la palabra. Y cuando ve a las hembritas en ropa corta por el calor infernal, apura el paso y se pierde.

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