Por irse de la villa, perdió más que la silla

Roberto 'El fulo' vino de Los Santos, a La Chorrera, dejado de su mujer y un retoño de seis años consiguió pronto trabajo en la Lechería en El Esp...
  • sábado 19 de septiembre de 2020 - 12:00 AM

Roberto 'El fulo' vino de Los Santos, a La Chorrera, dejado de su mujer y un retoño de seis años consiguió pronto trabajo en la Lechería en El Espino, donde su tío vendía el producto de una 47 reses que tenía en La Arenosa.

Roberto contaba con 25 abriles y con una vida por delante era la sensación de Barrio Colón, desde Matuna hasta La Pita las solteras, viudas y abandonadas y, hasta casadas y comprometidas tenían algo que comentar del apuesto muchacho.

Un sábado Roberto salió a la 1:00 de la tarde y fue invitado por un vecino y compañero de trabajo a tomar unas pintas a dos cuadras de su casa, donde su suegro.

El joven llegó a su cuarto, se bañó, se cambió de vestimenta y se baño de nuevo pero de perfume caro, de uno que su ex suegro le había regalado en diciembre y se encaminó a la casa de la actividad social. Al llegar pudo ver a varias paisana de Azuero ahí que inmediatamente le pelaron el ojo, él disimuló pero la mirada es necia cuando se trata de mini faldas y pantalones apretaditos que invitan a soñar despierto.

Diana estaba con su novio pero él no le hacía caso a ella porque le gustaba otra cosa y estaba clara en eso. Ella respiro profundo cuando vio a Robertito. Su corazón se aceleró y sus manos temblaban a la hora de saludarlo. Se presentaron.

La actividad transcurrió de forma tranquila hasta que a las 11:11 de la noche cuando Cándido, novio de Diana recibió una llamada y seguidamente comunicó a su acompañante que tenía que retirarse porque unos amigos lo venían a buscar para dirigirse a otra actividad.

La joven aceptó y a los pocos minutos se apareció a orilla de calle y Cándido corrió hacia el carro donde había tres personas dentro y ahí se fue. La fiesta seguía en casa pero minutos después Diana invitó a Roberto al toldo, ahí tocaba Alfredo Escudero, Roberto no lo podía creer, era lo que estaba pensando pero no sabía cómo decirle a ella ya que era muy prematuro proponerle tal cosa.

La pareja tomó un taxi y en pocos minutos ya estaban en el escenario. El baile a penas había empezado. Salieron a la pista y Roberto tomaba de forma elegante y respetuosa el delgado y escultural cuerpo de su pareja y ella se abrazaba a él como si se tratara de su marido. Ambos se divirtieron hasta el término de la fiesta típica, luego decidieron descansar en una casa de los tíos de Diana en La Mitra, ellos habían viajado a ver una finca en La Pintada.

Ahí se quedaron hasta tarde del domingo cuando fueron al súper a comprar víveres. Para sorpresa de todos se encontraron ahí con Cándido y sus amigos, con la misma ropa y bastante maltratados físicamente y con la misma ropa.

Diana tomó por el brazo a Roberto mientras que Cándido lanzó improperios contra la joven y Roberto quiso retirarse pero en eso los rodearon para seguir insultándolos a los dos.-¡ No quiero saber de ti, para que sepas soy más feliz con mis amigos que contigo, le anunció Cándido.

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