El comeaños
- lunes 05 de diciembre de 2016 - 12:00 AM
Desde abril, Medea le prometió a Felícito dárselo ‘en diciembre'; y se había mantenido firme, dura con su cuca, segura de que si se la soltaba ya no podría amarrarlo o, lo peor, le gustara tanto hacerlo que no habría fuerza humana que la detuviera para no pasar las 24 horas tirando. Mientras, él insistía y procuraba llevársela por partes oscuras y solitarias, adonde le metía mano y lengüetazos arriba, pero Medea no lo soltaba. Apenas entró diciembre la acosó.
Medea resistió el ataque, favorecida por una peleíta reciente porque a Felícito se le cayó la cédula, y ella se la arrebató para mirarla; esto lo puso histérico y forcejaron por la posesión del documento; la batalla la ganó él, pero en el afán de quitársela le cortó la muñeca con el reloj de él. Tuvo que llevarla a una clínica, lo que le costó parte de los ahorros navideños recién recibidos. Salió tan furioso por la hora y por la plata que la insultó.
Estuvieron tres días peleados hasta que él, ganoso de la cuca joven y, supuestamente, aún con el sello, la llamó. Medea estaba como el sapo para caer al agua, de manera que esa misma tarde se vieron.