- lunes 12 de mayo de 2025 - 12:00 AM
En la cama, no siempre se baila al mismo ritmo. A veces, uno quiere salsa y el otro prefiere algo más lento. Diferencias como quién toma la iniciativa, cuánto dura el encuentro o qué prácticas se disfrutan más pueden generar tensión o convertirse en una oportunidad para encender aún más la pasión.
Para mantener la llama de la pasión encendida sin llegar a conflictos, toma nota a los siguientes consejos:
El deseo se conversa y se calienta: hablar de sexo puede ser más erótico de lo que piensas. Decirle a tu pareja: “me encanta cuando haces esto, pero quiero probar aquello”, no solo aclara, también enciende. No tengas miedo de poner palabras al placer.
No hay “normal”, hay acuerdo: quizás a ti te gusta en la mañana y a él en la noche. Uno quiere más juegos previos, el otro prefiere ir al grano. No hay un “modo correcto” de hacerlo. Lo sexy está en encontrar ese punto medio donde ambos terminen con la respiración agitada.
El cuerpo también habla: aprende a leer las señales. Si tu pareja cambia de ritmo, gime diferente o se retrae, puede estar diciéndote algo sin palabras. Estar atento a esas pistas y responder a ellas puede convertir un simple encuentro en una experiencia explosiva.
Atrévete a explorar: a veces las diferencias surgen porque uno se aburre y el otro no lo nota. Introducir un juguete, una fantasía o una posición nueva puede ser justo lo que la relación necesita. El truco está en proponerlo sin presionar y con mucha complicidad.
Y si hay tensión... úsala a tu favor: una discusión leve puede terminar en sexo apasionado si ambos lo permiten. A veces, la fricción fuera de la cama puede transformarse en un fuego delicioso dentro de ella. Eso sí, que el respeto nunca se pierda.