¿Quieres hablar sobre sexo con tu pareja? Sigue estas 4 reglas
- sábado 05 de diciembre de 2020 - 12:00 AM
El sexo es complejo, nos brinda multitud de sensaciones, proporciona placer y, por supuesto, afianza los lazos, aunque a veces es tan fuerte su poder que también puede destruirlos.
Muchas parejas tienen problemas relacionados con el sexo, y en muchas de ellas el verdadero conflicto se encuentra en la comunicación: quizá por un tabú cultural nos cuesta mucho comunicar nuestros deseos y miedos en todo lo relacionado con nuestra sexualidad.
Si te encuentras actualmente estancado en tu relación o tienes algún problema relacionado con la sexualidad, no te preocupes, porque es de lo más normal. Muchas personas acuden a terapia de pareja justamente por ello, y los conflictos pueden ir desde que no encontráis tiempo para hacerlo porque habéis caído en la vorágine de la rutina, a que uno de los dos tiene más libido y no se siente deseado.
Sea como fuere, si estás intentando establecer una conversación sobre sexo con tu pareja, hay cuatro reglas que debes seguir siempre para que todo sea fructífero.
No sorprendas a tu pareja
Se trata de un tema sensible, por lo tanto la cama no es un lugar para hablarlo. Según indica la psicóloga Laurie Watson en 'Psychology Today', lo mejor es que invites a tu pareja a un café o a tomar algo y sobre todo no la sorprendas de sopetón con el tema. Explícale antes de qué quieres hablar. Por ejemplo: ‘me encantaría hablar de la manera en la que podemos aumentar nuestra frecuencia sexual cómodamente para ambos. ¿Podemos ir por un café el próximo sábado en la mañana y hablar al respecto?' es una buena forma de allanar el terreno.
Elige un tema de conversación
Irse por las ramas nunca es buena idea, y sacar la agenda tampoco. Piensa realmente sobre lo que quieres hablar. Aunque puede parecer una buena idea poner todos los asuntos que te preocupan sobre la mesa, las discusiones sobre sexo deben ser cortas, enfocadas y limitadas. Es mejor resolver sentimientos complejos sobre asuntos de la relación de poco en poco.
Por ejemplo, una mujer desea que su marido se acerque a ella, y además se encuentra preocupada porque la situación se ha agravado con la disfunción eréctil del mismo. En lugar de intentar tratar todos los temas juntos, lo mejor es que se tengan conversaciones por separado: una en la que discutan la atracción que él siente por ella, y en otra que hablen sobre la disfunción eréctil para poder atajar el problema.