Placer al extremo
- miércoles 12 de marzo de 2014 - 12:00 AM
Existen parejas que coinciden que la experiencia sexual debe ser fuerte, y en algunos casos llegar a grados extremos, para lograr el clímax.
Desde las primeras señales que invitan al encuentro se puede insinuar que las ganas de tener ‘sexo fuerte’ son altas.
La forma de besar, de dejar que las manos del compañero recorran el cuerpo, de guiarlas a los sitios más erógenos; los gemidos, las palabras, las fantasías que salen de la boca e impregnan la imaginación del otro, son estimulantes incentivos.
A la hora de la entrega no hay límites de espacio: en el baño, en la cocina, en el jardín, en el ascensor, o en el cuarto, no existe un lugar que debe estar predeterminado.
Tampoco tiene como meta la penetración, todo el encuentro debe ser gratificante.
La dinámica sexual puede incluir: vestimenta fetiche, cambio de poses, sexo oral, sexo anal, juguetes, películas porno, insinuaciones sádicas o masoquistas, comunicar fantasías, incluir a un tercero, sexo grupal, etc.
Cada pareja elige cómo llegar a los grados superlativos de placer.
Lo importante es no postergar o reprimir una intensidad que es un poderoso factor de unión y de satisfacción personal.