¡A jugar se ha dicho!
- sábado 05 de julio de 2014 - 12:00 AM
DIVERTIDO
La rutina suele ser necesaria para nuestra vida cotidiana, pero existe un peligro para nuestros momentos de intimidad en pareja, porque puede convertirse en monotonía.
A menudo, las parejas empiezan divirtiéndose jugando a ciertos juegos sexuales y, con el tiempo, tienden a repetir siempre lo mismo.
Proponemos tres juegos, fáciles, no muy complicados
- Masajear. Aceite de masaje: solamente tocar el cuerpo, no se vale hacer nada más. Por un día (o más) jueguen a tocarse, a acercarse a aquellas zonas erógenas que producen más placer, pero no hagan nada más. Solamente tocar. Sin masturbación, sin sexo oral, sin penetración. Solamente tocarse el uno al otro (por turnos) y con el aceite de masaje que facilite ese tacto. Luego tocará cambiar las sábanas si están en la cama.
- Vendados. Juguemos a no ver: venda los ojos a tu pareja y juega con su cuerpo. No hace falta que tengas ningún kit profesional para ello. Quítale la blusa y utilízala para taparle los ojos. Cuando tenemos un sentido inhabilitado, potenciamos el resto.
- Atar: Para este juego no son necesarias unas esposas, se puede atar a la pareja con cada basta de un pantalón, de unas medias, etcétera. En esta ocasión, inmovilizamos a la pareja y quien es atado debe dejarse tocar y gozar y quien toca también es quien domina la situación. Es un juego para que uno se dedique completamente al otro. Sin que el otro pueda hacer nada. (Si quien domina la situación siente cierta vergüenza, también puede mezclar el juego anterior y vendar los ojos del otro).
El sexo no es hacer muchas cosas distintas y probar todo aquello que alguien nos diga.