
- martes 26 de septiembre de 2023 - 12:00 AM
Definitivamente, ver y ser vistos durante el acto sexual es algo muy placentero.
Puedes hacer el amor en una sala o habitación con espejos, de esa forma podrás captar los gestos y movimientos de tu pareja, convirtiéndose en una experiencia muy excitante y que aporta un elemento de voyeurismo sin que nadie más esté presente.
Distintos ángulos resultan afrodisiacos y estimulantes a la hora de tener una relación sexual, incluso podría salir toda la sensualidad que todos tenemos y que solo algunas personas saben explotar.
Hay que experimentar esa faceta, ser muy sensual, coquetear y disfrutar mirándose en el acto. Los espejos se convierten en un lente y hacen que las parejas se expresen más. Admirando cada zona del cuerpo y explorándolo se logrará un excitante y único placer.
No es lo mismo tener relaciones sexuales en un lugar donde no hay facilidad de ver mientras te penetran o penetras que en los hoteles, por ejemplo, donde los espejos están por todos lados y ayudan a incentivar.
Si te apoyas en la pared y miras hacia algún lado, a ratos luces indiferente, tierna, sumisa, divertida o sensual, entre otras. Estás en todos lados, arriba, al lado, abajo, multiplicada por ese efecto tan maravilloso de poner espejos, muchos espejos en una habitación. La magia y el misterio que estos producen solo tú los podrás detectar.